Por Hannah Pérez  

Si no todas las criptomonedas son idénticas entre sí, lo más razonable sería concluir que sus precios sean diferentes. ¿A qué factores responde la diferencia de valores y volatilidad de las monedas digitales?

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Una manzana no vale lo mismo que una naranja. Tampoco un par de zapatos Nike cuestan lo mismo que unos Adidas.

El asunto no es muy diferente con las monedas digitales. Si bien es cierto que su valor no depende de circunstancias como la temporada de cosecha o la distribución de su materia prima, su costo de cotización igualmente puede variar entre sí, con otros factores a considerar.

Una de las principales características de las criptomonedas, después del hecho de que están basadas en tecnología Blockchain, es que son volátiles. Sus precios pueden cambiar de un momento a otro. Aunque no todas cumplen con este principio: hay ciertas monedas digitales que han sido diseñadas precisamente para no ser volátiles.

Se conocen como monedas estables o stablecoins aquellos activos digitales que, por estar respaldados por moneda fiduciaria u otros productos de resguardo de valor -como el oro-, no sufren cambios agresivos de precio. Las stablecoins más populares del mercado en la actualidad son aquellas cuyo valor está vinculado 1:1 con el dólar estadounidense. Por ejemplo: Tether (USDT), USD Coin (USDC) y Dai.

Estas monedas, aunque son una excepción a la norma de la impredecibilidad del mercado criptográfico, pueden darnos una pista sobre por qué las diferentes criptomonedas tienen precios tan distintos entre sí. Asimismo, nos permitirá evaluar por qué unos activos sufren más volatilidad que otros en momentos determinados.

Diferentes criptomonedas con diferentes objetivos

Así como las múltiples stablecoins fueron creadas con la finalidad de mantener un precio con poca variación, la mayoría de las criptomonedas han sido diseñadas con propósitos específicos.

Hagamos una comparación entre Bitcoin, Ethereum y Dogecoin.

Por ejemplo, Bitcoin fue diseñada con el propósito de ofrecer una red descentralizada de transferencia de valor. Su creador, Satoshi Nakamoto, la describió inicialmente como una criptomoneda con la capacidad de prevenir el doble gasto en una red peer-to-peer, que existe sin la necesidad de una entidad centralizada -como un banco o un gobierno.

Después del nacimiento de Bitcoin y su tecnología subyacente, otros desarrolladores empezaron a descubrir el potencial de Blockchain. Vitalik Buterin, el creador de Ethereum, quería generar una plataforma sobre la cual las personas pudiesen desarrollar smart contracts, construir tokens y aplicaciones de forma descentralizada. Con ese objetivo nació Ethereum.

Poco después de que Bitcoin empezó a tomar gran popularidad, dos desarrolladores pensaron en crear una criptomoneda de broma para atraer a nuevos usuarios al ecosistema. Así surgió Dogecoin (DOGE), una moneda-meme identificada con una imagen de perrito. Podríamos continuar el ejemplo con otro puñado de proyectos cripto.

En consecuencia, todos los activos digitales -aparentemente iguales- son diferentes. Cada uno está basado en un proyecto con funcionalidades, pretensiones y objetivos completamente distintos unos de otros. Y si no todas las criptomonedas son idénticas entre sí, lo más razonable sería concluir que no todas se coticen a los mismos precios.

Los valores entre unas y otras pueden variar notablemente. Un Bitcoin para el jueves 1ro de abril de 2021 se cotiza en USD $59.300, mientras que un Ether en USD $1.950 y DOGE en a penas USD $0,06. ¿A qué responde que los precios puedan ser tan diferentes unos de otros?

¿Qué factores se conjugan a la hora de determinar los precios?

En una entrega anterior explicamos por qué las criptomonedas pueden comerciarse a precios diferentes entre diversos exchanges, e incluso por qué los índices de precio como CoinMarketCap y CoinGecko en muchos casos no coinciden entre sí. En resumen, comprendimos que ni Bitcoin ni muchas de las principales criptomonedas tienen un precio estándar o global que las determine.

Cada índice de mercado rastrea el valor de comercio de los intercambios para ofrecer un precio aproximado de forma actualizada. Pero no todos los índices toman su información de los mismos intercambios, por lo que las cifras no coinciden rigurosamente entre portales. Asimismo, cada plataforma mantiene unas condiciones concretas de operación y, al final, cada mercado comercial determinará un precio diferente para comprar o vender una criptomoneda.

Esto puede explicar, a grandes rasgos, cuál es el principal factor que determina los precios de las criptomonedas y por qué pueden variar entre las plataformas exchange. No obstante, se nos escapan en esa explicación algunos de los otros motivos por los cuales las criptomonedas pueden cotizarse a precios tan diferentes unas de otras, así como también por qué pueden registrar tan alta fluctuación de precios.

En este artículo, DiarioBitcoin reunirá algunos de los principales factores que influyen en el precio de las monedas digitales, con suerte entenderemos por qué pueden ser tan diferentes, así como a qué se debe su volatilidad. Sugerimos no perder de vista lo expuesto anteriormente en torno a la pretensión detrás del diseño de cada moneda y el uso que finalmente le dan los usuarios, ya que son factores que se complementan a la hora de analizar los elementos que determinan los valores de las criptomonedas.

1. Oferta y demanda

Al igual que ocurre con muchos productos, el valor de Bitcoin y otras criptomonedas está determinado por factores propios del mercado, como su oferta y demanda. Estos principios no son estáticos y pueden estar intimamente vinculados con otros factores relacionados.

Una mayor demanda por lo general es vista como síntoma de mayor interés entre los usuarios, lo que a su vez puede provocar el crecimiento de precio de un activo. Al contrario, si la oferta es mayor que la demanda, el activo tiende a reducir su valor.

En el caso de las criptomonedas, no todas coinciden en la cantidad de suministro, tiempo y costo de generación de tokens. Por ejemplo, Bitcoin tiene un suministro limitado de 21 millones de monedas, lo que lo convierte en un activo escaso. Además, cada Bitcoin se genera a un ritmo constante y predecible (10 minutos aproximadamente), lo que a su vez significa que su oferta es limitada.

La segunda criptomoneda del mercado, Ethereum, muy diferente a Bitcoin, tiene un suministro ilimitado. Aunque está programada para crear 18 millones de ethers al año y sus desarrolladores están evaluando reducir esta cifra, no es un activo deflacionario como Bitcoin. Algo similar sucede con la oferta (ilimitada) de Dogecoin.

Asimismo, la generación de nuevos tokens cumple otro lapso de tiempo -mucho más acelerado que Bitcoin. Los costos de minería también son diferentes para cada una. En fin, una serie de factores intrínsecos al código base de cada moneda cumplen un rol significativo en su oferta y demanda, así como posteriormente en su precio. 

2. Un mercado en crecimiento

También el tamaño de mercado para cada criptomoneda es diferente, y este factor puede estar estrechamente vinculado con los casos de uso de cada moneda y su plataforma Blockchain subyacente.

Bitcoin no tiene el mismo mercado que Ethereum, básicamente porque sus casos de uso no son los mismos. La primera se ha convertido en un activo de refugio de valor entre los inversores debido a su escasez. La segunda no tanto, principalmente porque su oferta no es limitada. Ethereum además es ampliamente utilizada por los diversos usuarios y proyectos (DeFi, NFT, ICO, etc.) que hacen vida dentro de esa Blockchain para suplir los gastos de operaciones.

Cabe señalar además que, en comparación con otros mercados -por ejemplo el del dólar estadounidense o el del oro- el mercado criptográfico es relativamente pequeño. La capitalización del mercado de las criptomonedas es de USD $1,9 billones, del cual casi un 60% representa a Bitcoin. Es decir, Bitcoin abarca la mayor parte.

Pero esto es pequeño cuando se compara con otros mercados. Un estudio publicado en enero por la firma de análisis en cadena CryptoQuant, reveló que la capitalización de mercado de Bitcoin representa a penas un 2% de la capitalización del mercado del oro.

El tamaño de cada mercado es un factor determinante en los precios de los activos. Si una criptomoneda está listada en pocos exchanges, su alcance es menor que aquella que se comercializa en múltiples plataformas. De hecho, usualmente cuando una criptomoneda es listada por un intercambio reputado, se produce un incremento de precio, porque significa que más cantidad de personas tendrán acceso a ella.

3. Tecnología en desarrollo

A medida que más personas se involucren en el mercado de las criptomonedas, se espera que los precios alcancen mayor estabilidad. Principalmente porque, en la actualidad, el mercado es tan pequeño que un mínimo movimiento de capital (en comparación con mercados tradicionales) puede generar gran impacto.

La razón no está únicamente en que el mercado aún sea joven: toda la tecnología se encuentra todavía en etapa de desarrollo. Recordemos que Bitcoin y Blockchain aparecieron recién en 2009. Una tecnología emergente que aún enfrenta múltiples desafíos y frente a la cual estamos seguimos descubriendo nuevos casos de uso.

No apartemos de vista el hecho de que, distante a como se ha pensado, las criptomonedas sí tienen un respaldo: las ventajas y el potencial que ofrece su tecnología subyacente. Transparencia, descentralización y un registro seguro e inmutable son algunas de ellas. Por ejemplo, Ethereum es la cuna de cientos de proyectos cuyo objetivo es impulsar soluciones financieras de mayor accesibilidad (DeFi).

Otros proyectos tecnológicos también aprovechan la red Ethereum -así como otras- para construir soluciones para la trazabilidad, logística, registro, etc., en diversas industrias incluyendo la energética, alimentaria y de salud. Más recientemente, Microsoft lanzó una plataforma de identidad descentralizada en la red Blockchain de Bitcoin.

Estos son tan solo algunos de los miles casos de uso que están actualmente en desarrollo para la tecnología de cadena de bloques. Tampoco podemos olvidar que nuevos proyectos Blockchain siguen surgiendo cada día.

4. Eventos externos

Eventos externos al mercado de las monedas digitales, incluyendo acontecimientos de orden geopolítico, pueden repercutir en la volatilidad de precio, así como también pueden explicar los diferentes valores entre criptomonedas.

Una mala prensa puede ser perjudicial para Bitcoin. De igual manera, los comentarios positivos de un inversor o institución reputada pueden resultar muy favorecedores para el precio de una criptomoneda. Durante los primeros años de Bitcoin, las noticias negativas relativas a su uso en actividades delictivas representaron un factor que mantuvo alejado a muchos inversores del espacio, principalmente por temor.

Más recientemente, el panorama macroeconómico provocado por la pandemia global ha dado un nuevo impulso al mercado de monedas digitales. Frente al escenario de inflación de las monedas fiduciarias -respaldadas por gobiernos-, un grupo de inversores cada vez mayor opta por recurrir a activos como Bitcoin como alternativa de refugio.

La buena prensa puede favorecer o desfavorecer a las criptomonedas. De forma similar a como los tweets de Elon Musk sobre Dogecoin impulsan el aumento de precio de esa criptomoneda, los rumores de una estricta regulación por parte de gobiernos de todo el mundo pueden sofocar el mercado en general.

5. Especulación y confianza

Un factor importante detrás de los movimentos de precio de las monedas digitales es el sentimiento de los inversores. Las noticias, los desarrollos, las expectativas, la evolución y la percepción de los usuarios determinan en gran medida al mercado.

Después de todo, los inversores buscan analizar los acontecimientos que pueden afectar al mercado y el sentimiento de otros usuarios para predecir los movimientos de precios en función de ganar dinero o no registrar pérdidas. Este acto especulativo entre los inversores, que genera presiones de compra y venta, puede conducir a la fluctuación y volatilidad de precios de las monedas digitales.

En los últimos meses, un aumento en la demanda institucional por Bitcoin ha sido interpretado como un fuerte signo de confianza que se fortalece en el mercado. La incorporación de importantes actores renombrados, como bancos e instituciones financieras de alcance global en el espacio criptográfico, ha cultivado una narrativa optimista en torno a los activos digitales.

Por ejemplo, además de Bitcoin y Ethereum -las principales por capitalización, adopción y popularidad-, algunas empresas han estado invirtiendo en monedas como Cardano y Polkadot, provocando así que el precio de ambos tokens alcance nuevos máximos este año.

Conclusión: un caldo de factores

Al hablar del valor diferenciado y volatil de las monedas digitales, nos enfrentamos a un entramado de elementos que se conjugan. Desde el proyecto Blockchain por el cual fueron diseñadas y las funcionalidades de la plataforma en que se desarrollan, hasta el suministro de tokens, los usos que le adjudiquen las personas y los acontecimientos de orden político… todos estos factores pueden influir en el precio de los activos digitales.

Es díficil esclarecer completamente en que medida cada uno de estos elementos afecta al mercado criptográfico, en un momento determinado. También resulta complejo establecer las conexiones entre ellos, las cuales pueden varias de un día a otro. Así como un experimento, en donde no sabemos las medidas de los compuestos, pero cuyo resultado es el valor con el que todos comerciamos.

Quizás algunos mercados crezcan, algunas monedas se fortalezcan y otras terminen desapareciendo. Tal es el proceso evolutivo del mercado criptográfico, en la carrera por alcanzar una mayor estabilidad.


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Artículo de Hannah Estefanía Pérez / DiarioBitcoin

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