
- Arquitectura en evolución: Sharding (2026) y EVM Object Format (2025) mejoran escalabilidad y eficiencia.
- Capas 2 fortalecen: L2 como Optimism manejan 80% de transacciones; proto-danksharding (Q2 2025) reduce costos.
- Gobernanza sólida: Proceso descentralizado con EIPs y comunidad activa; no depende solo de Vitalik.
- Mercado resiliente: Dominio en DeFi (60% TVL), adopción institucional y recuperación a $1,800.
- Innovación constante: Finalidad de ranura única (2026) y pruebas de conocimiento cero aseguran un futuro competitivo.
Charles Hoskinson, cofundador de Cardano y excolaborador de Ethereum, predijo recientemente la desaparición de Ethereum en la próxima década, señalando supuestos defectos en su arquitectura y gobernanza.
Sus comparaciones con BlackBerry y MySpace, junto con críticas al modelo contable, la máquina virtual y las soluciones de capa 2 (Layer-2), dibujan un panorama sombrío.
Sin embargo, estos argumentos ignoran la sólida capacidad de adaptación de Ethereum, su ecosistema próspero y los próximos avances técnicos que consolidan su liderazgo en el espacio blockchain. Esta pieza de opinión desmonta las afirmaciones de Hoskinson, destacando por qué Ethereum está lejos de desvanecerse.
La arquitectura de Ethereum: Evolucionando, no fallando
Hoskinson critica el diseño central de Ethereum —su modelo contable, la Máquina Virtual de Ethereum (EVM) y su mecanismo de consenso— como fundamentalmente defectuoso.
No obstante, la arquitectura de Ethereum ha demostrado ser resiliente y adaptable, evolucionando mediante actualizaciones deliberadas para abordar la escalabilidad y la eficiencia.
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Modelo contable: El modelo basado en cuentas de Ethereum, a diferencia del sistema UTXO de Cardano, permite contratos inteligentes complejos y aplicaciones con estado, impulsando las finanzas descentralizadas (DeFi) y los NFT. Aunque Hoskinson lo considera ineficiente, la transición a Ethereum 2.0 y la fragmentación (sharding), que se implementará completamente para mediados de 2026, aumentará el rendimiento de las transacciones y reducirá los costos, abordando directamente las preocupaciones de escalabilidad.
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Máquina Virtual de Ethereum (EVM): La EVM es la columna vertebral de la programabilidad de Ethereum, soportando miles de aplicaciones descentralizadas (dApps). Hoskinson la tacha de obsoleta, pero actualizaciones como el Formato de Objetos de la EVM (EOF), programado para la mejora Pectra de 2025, optimizarán la ejecución y reducirán los costos de gas. Además, la compatibilidad de Ethereum con WebAssembly (a través de investigaciones sobre ewasm) garantiza su preparación para el futuro, refutando las afirmaciones de obsolescencia.
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Mecanismo de consenso: La transición de Ethereum a Prueba de Participación (PoS) con la Fusión (Merge) en 2022 redujo el consumo energético en un 99.95% e introdujo la economía de participación, no como un defecto, sino como una característica. La mención de Hoskinson sobre la “economía de slashing” ignora cómo el slashing incentiva la honestidad de los validadores, asegurando la red. Próximas características como la finalidad de ranura única (prevista para 2026) reducirán aún más los tiempos de confirmación, compitiendo con rivales como Solana.
Lejos de estar estancado, el roadmap de Ethereum demuestra un enfoque proactivo para abordar desafíos técnicos, desmintiendo la afirmación de Hoskinson sobre un declive inevitable.
Soluciones de capa 2: Fortaleciendo, no debilitando
Hoskinson califica a las soluciones de capa 2, como Optimism y Arbitrum, como “parásitos” que desvían actividad de la cadena principal de Ethereum. Esta caracterización malinterpreta su papel.
Las L2 son esenciales para la estrategia de escalabilidad de Ethereum, procesando transacciones fuera de la cadena mientras aprovechan la seguridad de Ethereum. En 2025, las L2 manejan más del 80% del volumen de transacciones de Ethereum, reduciendo la congestión y las tarifas de gas en la red principal.
La próxima actualización Cancun-Deneb (Dencun), esperada para el segundo trimestre de 2025, introducirá el proto-danksharding (EIP-4844), que reducirá los costos de datos de las L2 hasta en un 90%. Esto fortalecerá la eficiencia de las L2, haciendo que el ecosistema de Ethereum sea más accesible.
En lugar de fragmentar la red, las L2 mejoran la experiencia del usuario e impulsan la adopción, con plataformas como Base y Polygon albergando millones de usuarios activos. La crítica de Hoskinson ignora esta relación simbiótica, que posiciona a Ethereum como un ecosistema escalable y multicapa.
Gobernanza: Descentralizada y resiliente
Hoskinson sostiene que la gobernanza de Ethereum carece de estructura, dependiendo de la “fuerza de voluntad” de Vitalik Buterin.
Esto simplifica en exceso el proceso de toma de decisiones descentralizado de Ethereum. La gobernanza de Ethereum opera a través de un marco transparente y impulsado por la comunidad, que incluye Propuestas de Mejora de Ethereum (EIPs), reuniones de desarrolladores y consenso entre partes interesadas.
La Fundación Ethereum, los desarrolladores principales y los operadores de nodos colaboran para priorizar actualizaciones, como se vio en la exitosa Fusión y la próxima mejora Pectra.
A diferencia de proyectos centralizados, la gobernanza de Ethereum evita el control de arriba hacia abajo, fomentando la resiliencia.
Iniciativas comunitarias, como Ethereum Cat Herders, garantizan la inclusividad en la toma de decisiones. La predicción de Hoskinson sobre conflictos internos ignora la historia de Ethereum de navegar actualizaciones controvertidas, como la bifurcación del DAO, sin fracturarse.
El ethos descentralizado de Ethereum asegura que pueda adaptarse sin depender de una sola figura.
Desempeño en el mercado: Una caída temporal, no una sentencia de muerte
Hoskinson señala la caída del 40% de Ethereum frente a Bitcoin en 2025 como evidencia de debilidad. Sin embargo, los mercados de criptomonedas son volátiles, y los movimientos de precios a corto plazo no reflejan el valor a largo plazo. La recuperación del precio de Ethereum a $1,800, como se mencionó, indica resiliencia. Además, el dominio de Ethereum en DeFi (más del 60% del valor total bloqueado) y en los mercados de NFT subraya su utilidad, impulsando la demanda de ETH.
La próxima actualización Pectra, que combina árboles Verkle y mejoras en la mecánica de participación, se espera que aumente la eficiencia de la red y los rendimientos de staking, probablemente catalizando el crecimiento del precio. La adopción institucional, con firmas como BlackRock lanzando fondos basados en Ethereum, refuerza aún más la confianza. Comparar a Ethereum con BlackBerry o MySpace ignora su comunidad activa de desarrolladores —más de 8,000 desarrolladores activos mensuales en 2025— y su ecosistema inigualable, que Solana y otros aún no han igualado.
El futuro de Ethereum: Innovación, no obsolescencia
Las sombrías predicciones de Hoskinson repiten críticas pasadas que subestimaron la capacidad de Ethereum para evolucionar. Desde el hackeo del DAO hasta los desafíos de escalabilidad, Ethereum ha superado obstáculos consistentemente a través de la innovación.
Su roadmap para 2025–2026, que incluye fragmentación, proto-danksharding y finalidad de ranura única, lo posiciona para manejar una adopción masiva. Tecnologías emergentes como pruebas de conocimiento cero y clientes sin estado mejorarán aún más la escalabilidad y la privacidad.
A diferencia de BlackBerry o MySpace, Ethereum no es una plataforma estática, sino un ecosistema dinámico con adopción global. Sus competidores, incluido Cardano, están rezagados en diversidad de dApps y actividad de usuarios. Mientras Cardano se enfoca en el rigor académico, Ethereum prioriza la adopción práctica, albergando más de 4,000 dApps y procesando miles de millones en transacciones diarias.
Conclusión
Las críticas de Charles Hoskinson a Ethereum se basan en suposiciones desactualizadas y tergiversaciones.
La arquitectura de Ethereum está evolucionando, su ecosistema de L2 está prosperando y su gobernanza es robustamente descentralizada. Con un roadmap técnico claro y una fortaleza ecosistémica inigualable, Ethereum está preparado para dominar el blockchain durante décadas, no para desaparecer.
Las comparaciones de Hoskinson con gigantes tecnológicos fallidos no tienen fundamento: Ethereum no es un BlackBerry; es una red viva y en constante adaptación que no muestra signos de desaceleración.
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