Por Hannah Pérez  

Las siete potencias mundiales enfatizaron sobre la necesidad de que las criptomonedas y stablecoins sigan las mismas normas que el resto del sistema financiero. 

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El grupo de naciones G7 ha instado a los reguladores de las principales economías del mundo a agilizar las regulaciones en torno a las monedas digitales.

Las declaraciones se producen después de que el mercado de criptomonedas sufriera una corrección significativa tras el colapso de la stablecoin de Terra, UST. El Grupo de los Siete, mejor conocido como G7, está conformado por los siete países de peso pesado en materia política, económica y militar; a saber: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.

En un documento con fecha del 20 de mayo, el G7 abordó una serie de temas de interés internacional, entre los que se incluyeron el conflicto actual entre Rusia y Ucrania; la estabilidad macroeconómica; las políticas financieras y la digitalización. En este último punto, el grupo mencionó específicamente el asunto de las monedas digitales, apuntando a la necesidad de que la nueva clase de activos se mantenga bajo los mismos estándares normativos que el resto del sistema financiero.

En las declaraciones, el G7 instó al Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) a emitir reglas más estrictas de cumplimiento para contrarrestar el lavado de dinero. Si bien el comunicado no hace mención directa a UST y su desplome de la semana pasada, cita la reciente “agitación” de los mercados y presta especial atención a las monedas estables.

A la luz de la reciente agitación en el mercado de criptoactivos, el G7 insta al FSB, en estrecha coordinación con los organismos internacionales de normalización, a avanzar en el rápido desarrollo y aplicación de una regulación coherente y completa de los emisores de criptoactivos y los proveedores de servicios, con el fin de mantener los criptoactivos, incluidas las stablecoins, con las mismas normas que el resto del sistema financiero.

G7 hizo especial mención de las stablecoins 

La comunicación también pedía la implementación de la regla de viaje del Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF, por sus siglas en inglés) y enfatizaba sobre la necesidad de una regulación para las stablecoins (activos digitales que buscan mantener paridad con activos físicos, usualmente monedas fiduciarias como el dólar estadounidense).

Al respecto, el G7 solicitó que “se refuerce la divulgación y la información reglamentaria, por ejemplo, en lo que respecta a los activos de reserva que respaldan las stablecoins. El grupo también fue incisivo en rechazar un proyecto de moneda estable “global“, un asunto que recuerda a los planes, ahora abandonados, de la gigante de redes sociales Meta (Facebook) con Diem.

Reafirmamos que ningún proyecto global de stablecoin debe comenzar a funcionar hasta que no aborde adecuadamente los requisitos legales, reglamentarios y de supervisión pertinentes mediante un diseño adecuado y la adhesión a las normas aplicables“, indicó.

Meta descartó finalmente este año los planes de lanzar una stablecoin global después del reiterado rechazo de los reguladores de varios países del mundo. Entre tanto, los bancos centrales de varias naciones han estado trabajando en la emisión de CBDC, monedas digitales estables vinculadas a fiat. China ha puesto en marcha su CBDC y la Unión Europea está estudiando lanzar un euro digital.

El G7 mantiene su compromiso con unas normas reguladoras estrictas para las stablecoins globales, siguiendo el principio de misma actividad, mismo riesgo, misma regulación“, finalizó el grupo.

Terra bajo la mirada de los reguladores 

Los comentarios del G7 surgen tan solo unos días después de la dramática implosión del ecosistema de Terra. La moneda estable algorítmica del proyecto, UST, comenzó a perder su paridad con el dólar el pasado 7 de mayo. Luego de eso, todo fue en picada hacia abajo. La stablecoin colapsó, arrastrando consigo a su token hermano LUNA, nativo de Terra, que pasó de USD $80 a cero en cuestión de pocos días.

Cuando UST cayó de su precio esperado de USD $1, Luna Foundation Guard, un grupo dedicado a apoyar el ecosistema Terra, desplegó sus reservas millonarias de Bitcoin para rescatar la stablecoin y restaurar la paridad. La venta de Bitcoin ejerció una presión a la baja en el mercado y causó -entre otros factores- estragos en el mercado de criptomonedas. 

El evento también ha generado volatilidad entre otras principales stablecoins, incluida Tether (USDT). La capitalización de USDT ha visto una reducción de casi USD $10.000 millones; mientras, el mercado de las criptomonedas ha restado unos 300.000 millones de dólares a su capitalización global, según CoinMarketCap.

Los reguladores de todo el mundo han seguido de cerca todo el asunto. La semana pasada, la secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, señaló el colapso de Terra como un ejemplo de cómo las monedas estables podrían “presentar un riesgo para el sistema financiero“. Los reguladores de Reino Unido dijeron este viernes que investigarán la caída de Terra para emitir nuevas reglas para cripto.


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Artículo de Hannah Estefanía Pérez / DiarioBitcoin

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