Por Gabriela Camero  

El siguiente texto es un artículo de opinión de Jim Harper, investigador principal del Instituto Cato, en el que expresa sus pensamientos acerca de la imagen que algunos medios periodísticos le han dado a Bitcoin recientemente y qué debería hacer la comunidad al respecto.

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A Bitcoin no le importa. Continúa desarrollando un ecosistema monetario, financiero, económico, intelectual y social alrededor de sí mismo. Sin embargo, hay algunos medios que escriben de Bitcoin como si fuera un proyecto fallido. Discutir con el mensajero es una opción, pero el mejor camino para resolver el problema es arreglar la percepción que se tiene de Bitcoin en la realidad.

¿Injusto? Tal vez. Un podcast de Planet Money encontró que Bitcoin no podía hacer una transacción simple, sin embargo, la operación parece que se realizó en un software que no suple las tasas por transacción actuales. Gracias a estos reportes, los nuevos usuarios podrían dudar si involucrarse o no con la criptomoneda. Su indecisión podría retardar el crecimiento de Bitcoin y aminorar los avances conseguidos en la inclusión de la economía mundial, en la privacidad financiera, en la autonomía y la estabilidad monetaria, al igual que su valor en los mercados de todo el mundo.

Para los más aventajados en Bitcoin, hacer una transacción como la de Planet Money es una tontería. Pero existe un buen argumento que indica que las tasas de las transacciones se suponían que iban a suplantar los bitcoins minados por los próximos cien años. El software de monederos y el conocimiento para usarlo en el mercado iban a evolucionar en ese período de tiempo, no durante el año pasado.

Si el reportero de New York Times, Nathanial Popper, interpretaba el papel de una persona común cuando mandó su transacción al olvido, él representó a un gran número de usuarios de Bitcoin y a un número mayor de no-usuarios. El capital tecnológico y social de las tasas por cada transacción se encuentra todavía en una etapa de desarrollo temprana.

En su artículo acerca de la minería en China, Popper escribió con tono ácido sobre los desarrolladores de Bitcoin Core y sus partidarios. Los caracterizó como individuos que se estaban resistiendo a “cambiar el software”, cuando de hecho ellos han estado trabajando duro para optimizarlo.

Ahora, Bitcoin está hundido, al menos a los ojos de los lectores y oyentes de New York Times y Planet Money respectivamente. A ellos Bitcoin les va a parecer un sistema de pago técnicamente limitado que es difícil de utilizar. ¿Qué hay que hacer? La expresión “nunca discutas con alguien que compra barriles de tinta” necesita actualizarse, pero su significado permanece intacto. Cuando la tinta queda en el papel y el editor decide que se va a publicar, lo que está hecho no se puede cambiar.

Bitcoin Core vs Classic

La filosofía y los planes de Bitcoin Core no están bien entendidos. La comunidad alrededor de Core no se ha comunicado efectivamente con Popper y otros afuera de su círculo. Ellos tienen que asentar en la mente de las personas su visión por un ecosistema de Bitcoin seguro, con la capacidad de rivalizar o suplantar el sistema monetario de hoy en día.

Algunos en la comunidad minera china pueden compartir estas preocupaciones. Al tiempo de esta publicación, hay rumores acerca de una reunión en China, que produjo un acuerdo para alejarse de la versión de software de Core que soporta tamaños de bloque más grandes.

Hay razones por las que ellos podrían hacer este cambio. Core le ofrece a los mineros incrementar las tasas, lo cual es bien recibido. A largo plazo, el plan de Core acerca de las transacciones fuera de la cadena disminuiría el rol de Blockchain, con resultados inciertos para los mineros.

La alternativa, un tamaño de bloque más grande y un mejor rendimiento para Blockchain, no promete mucho a corto plazo en cuanto a las tasas por transacción. Pero esto apoya la visión simple de un sistema de pagos masivo basado en Blockchain, apoyado por el valor creciente del dinero digital.

Core puede ofrecer a los mineros el rol de “un pez grande en un estanque pequeño”. Bitcoin Classic puede convertir a los mineros en un “pez grande en un estanque grande”. En el lado de Core, por supuesto, esto patina peligrosamente cerca de la centralización de la minería, algo que haría peligrar las bases de Bitcoin.

No hay otra manera de avanzar hacia adelante. Mineros, operadores de nodos, y usuarios ordinarios de Bitcoin deberían evaluar constantemente cuál versión del software es mejor para el ecosistema y para ellos mismos.

Quienes proponen una versión de software deberían ofrecer los argumentos más persuasivos que puedan. Esto quiere decir abrir un debate que evite los ataques personales, los ataques técnicos y la censura.

¿Por qué es importante conducir el debate desde un perfil alto? El tercer actor. El debate por el tamaño del bloque no es solo una competencia entre las versiones de la filosofía, el futuro y el software de Bitcoin. Es una exhibición para los que todavía no son usuarios de la criptomoneda.

Bitcoin no está perdido, aunque algunos medios hayan convencido algunos de lo contrario. El objetivo de cada una de las partes debe ser asegurar sus propias acciones para ayudar a rehabilitar la imagen pública de Bitcoin y no destruir lo que ellos han estado trabajando arduamente por construir.

Fuente: CoinDesk

Traducción de Gabriela Camero

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