La Reserva Federal de EE. UU. se prepara para un probable tercer recorte de tasas este año, en medio de una economía con inflación aún por encima del objetivo y un mercado laboral que empieza a debilitarse. Detrás del movimiento hay un fuerte debate interno: algunos temen desatar una inflación persistente si la política se vuelve demasiado laxa, mientras otros alertan sobre el deterioro del empleo y el impacto de la inteligencia artificial en los puestos de trabajo. Lo que la Fed sugiera para 2025 y 2026 puede redefinir el rumbo de los mercados globales.
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- La Fed probablemente recortará 25 puntos básicos por tercera vez este año, pese a un comité dividido.
- La inflación subyacente sigue en 2,8% y el mercado laboral muestra señales de enfriamiento y despidos.
- Analistas discrepan sobre 2025 y 2026: desde uno o dos recortes adicionales hasta riesgos de política demasiado acomodaticia.
🚨 ¡La Fed se prepara para un tercer recorte de tasas!
Se anticipa un ajuste de 25 puntos básicos este año.
La inflación se mantiene en 2,8%, mientras el empleo muestra debilidad.
Los próximos pasos de la Fed podrían redefinir los mercados globales, incluyendo cripto y… pic.twitter.com/yXdHG8MF3u
— Diario฿itcoin (@DiarioBitcoin) December 8, 2025
La Reserva Federal de Estados Unidos se encuentra ante una de sus decisiones más delicadas del año: todo apunta a que el banco central realizará un tercer recorte de tasas de interés en lo que va de 2024, pero el camino para 2025 y 2026 luce mucho menos claro. De acuerdo con el análisis citado por Yahoo Finance, el consenso del mercado espera un ajuste de 25 puntos básicos en la reunión de esta semana, aunque la decisión podría ser dividida dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC).
El movimiento ocurre en un contexto complejo. La inflación permanece por encima de la meta de 2% de la Fed, mientras el mercado laboral empieza a mostrar signos de debilidad, con despidos, congelaciones de contratación y el impacto creciente de la inteligencia artificial sobre los empleos de entrada. La señal que entregue el presidente Jerome Powell sobre los próximos años será clave para los mercados financieros, incluidos aquellos vinculados a la renta variable, bonos y activos de riesgo como bitcoin y otras criptomonedas.
Para los inversores, la gran pregunta no es solo si la Fed recortará esta semana, sino cuántas veces más se animará a hacerlo en 2025 y qué tan rápido podría volver a una postura claramente acomodaticia. Varios economistas y exfuncionarios de la Fed advierten que el margen de error es estrecho: un relajamiento excesivo podría reavivar la inflación, pero una postura demasiado dura podría agravar la pérdida de dinamismo en el mercado laboral.
Un recorte “restrictivo” y un comité profundamente dividido
Alan Blinder, ex vicepresidente de la Fed y profesor de economía en Princeton, considera que es más probable que la Fed recorte que que mantenga las tasas sin cambios. Sin embargo, anticipa que el movimiento podría ser lo que denomina un “recorte restrictivo”. Esto significa que, aunque la tasa baje, la postura de política monetaria seguiría siendo relativamente contractiva y vendría acompañada de una advertencia explícita a los mercados para que no descuenten una serie automática de recortes en cada reunión.
Blinder sostiene que la decisión es “difícil” y anticipa disidencias en ambos bandos, reflejando las divisiones internas que ya se perciben en las comunicaciones de los funcionarios del FOMC. Algunos miembros consideran que la inflación sigue siendo un problema prioritario, mientras otros observan con preocupación el desgaste del mercado laboral y el impacto de las condiciones financieras sobre el crecimiento.
Luke Tilley, economista jefe de Wilmington Trust, coincide en que la Fed recortará esta semana, pero espera que Jerome Powell repita el tono de prudencia de su última conferencia de prensa. Según Tilley, el presidente del banco central probablemente enfatizará las visiones divergentes al interior del comité y advertirá a los inversionistas sobre el riesgo de asumir demasiado rápido una trayectoria de recortes continuos.
Para los mercados de renta fija y variable, este matiz es clave. Un recorte acompañado de un discurso agresivo contra la inflación podría moderar el entusiasmo en Wall Street, mientras que cualquier señal de mayor flexibilidad para 2025 podría impulsar activos de riesgo, incluidas criptomonedas y acciones de tecnología, que suelen reaccionar con fuerza a cambios en las expectativas de tasas.
Inflación por encima de la meta y voces que piden cautela
Antes de esta reunión, varios funcionarios de la Fed se han manifestado en contra de la idea de un nuevo recorte inmediato. Susan Collins, presidenta de la Fed de Boston, y Jeff Schmid, presidente de la Fed de Kansas City, han argumentado que no existe una necesidad fuerte de bajar las tasas mientras la inflación siga alrededor de un punto porcentual por encima del objetivo de 2%.
En la misma línea se ubica Austan Goolsbee, presidente de la Fed de Chicago, quien ha expresado dudas sobre “adelantar” demasiados recortes de tasas. Goolsbee insiste en que la inflación, todavía elevada, justifica una postura más paciente, dado que el banco central aún no ha logrado consolidar la convergencia hacia la meta oficial.
En contraste, John Williams, presidente de la Fed de Nueva York y vicepresidente del FOMC, envió hace unas semanas una señal mucho más abierta a un nuevo recorte. El 21 de noviembre, Williams afirmó que aún veía espacio para “un ajuste adicional a corto plazo” en el rango objetivo de la tasa de fondos federales, con el fin de acercar la postura de política hacia un nivel neutral.
Para Loretta Mester, ex presidenta de la Fed de Cleveland, esas declaraciones de Williams fueron decisivas. Según explicó a Yahoo Finance, el vicepresidente no suele ser tan explícito en un discurso si no cuenta con el respaldo del presidente Powell. Por eso, Mester cree que la Fed seguirá adelante con un recorte adicional de 25 puntos básicos en diciembre, en línea con las proyecciones de tasas publicadas en septiembre.
Riesgo de una inflación persistente y dudas sobre el momento del recorte
Pese a esa lectura, Mester mantiene reservas sobre la decisión. A su juicio, la Fed no está necesariamente equivocada al reducir las tasas en términos generales, pero no apoyaría un recorte en este momento específico. Preferiría observar más datos sobre la economía a comienzos del próximo año y, en función de la información disponible, ajustar el rumbo si fuese necesario.
Mester subraya que no ve un “caso convincente” para recortar ahora, más allá de que la baja adicional estuviera incorporada en las proyecciones de septiembre del propio banco central. Desde su perspectiva, el recorte luce más como una acción expedita, guiada por el calendario y por las expectativas previas, que como el resultado de un argumento económico robusto basado en la evolución de los datos.
Blinder también advierte sobre los riesgos, pero desde otra óptica. Si la Fed vuelve a recortar esta semana, a su juicio los responsables de la política monetaria corren el riesgo de dificultar la tarea de reducir la inflación en el mediano plazo. Disminuir las tasas cuando la inflación aún no está plenamente controlada podría relajar demasiado las condiciones financieras.
“Podría ser” que se esté entrando en un escenario de inflación persistente si la Fed continúa recortando, reconoció Blinder. La gran incógnita, según él, es si ya se cruzó esa línea. “La pregunta es si estamos justo en ese punto ahora. Creo que podríamos estarlo”, señaló, en una advertencia que seguramente será observada de cerca por los participantes del mercado.
Datos atrasados, inflación en 2,8% y empleo volátil
La evaluación de la Fed se complica por la falta de datos frescos. La publicación de las cifras de inflación se retrasó debido al cierre del gobierno que se extendió durante todo octubre y parte de noviembre. La última lectura disponible del índice de Gastos de Consumo Personal (PCE), la medida de inflación preferida por la Fed, llegó con dos meses de atraso.
En septiembre, la inflación subyacente PCE, que excluye alimentos y energía, se ubicó en 2,8%, apenas una décima menos que en agosto. Aunque esa cifra confirma cierta desaceleración respecto a niveles previos, sigue por encima del objetivo de 2%. Los funcionarios del banco central esperan que la inflación cierre el año alrededor de 3,1%.
En el frente laboral, el último informe de empleo de septiembre, también considerado anticuado, mostró un repunte del crecimiento de las nóminas. La economía sumó 119.000 puestos de trabajo, luego de una pérdida de 4.000 empleos en agosto. Este comportamiento contribuye a una dinámica volátil, con creación de empleo negativa en junio, un rebote en julio, otra caída en agosto y un nuevo repunte en septiembre.
El Libro Beige de la Fed ofrece una mirada más reciente, aunque anecdótica, sobre el mercado laboral. Durante las dos primeras semanas de noviembre, se observaron más despidos, congelaciones de contratación y ajustes en las horas trabajadas. Algunas empresas reportaron que la inteligencia artificial sustituyó puestos de nivel inicial o elevó suficientemente la productividad de la plantilla, lo que redujo la necesidad de nuevas contrataciones.
Mirando hacia 2026: proyecciones, liderazgo y mercado laboral
Además del recorte inmediato, los focos estarán puestos en las nuevas proyecciones trimestrales de la Fed, que incluirán por primera vez una perspectiva para 2026. Powell ofrecerá su habitual conferencia de prensa posterior a la reunión, y se espera que brinde una narrativa clara sobre cómo el banco central está pensando la evolución de la economía en los próximos años.
Mester anticipa que sería prudente mantener un enfoque cauteloso respecto a futuros recortes de tasas. En su visión, la inflación no se debe únicamente a factores transitorios como los aranceles, que considera un aumento de precios de una sola vez, sino también a presiones en el precio de los servicios. Ese componente suele ser más persistente y difícil de moderar.
En cuanto al mercado laboral, Mester cree que parte del enfriamiento responde a cambios estructurales de largo plazo que están fuera del control de la Fed, como modificaciones en la política migratoria que reducen el tamaño de la fuerza laboral. Al mismo tiempo, reconoce que existe debilidad asociada a la incertidumbre sobre aranceles y a empresas que buscan proteger sus márgenes frente al costo de los impuestos al comercio y de la mano de obra.
“Así que tienes una especie de estasis en el mercado laboral, y no estoy segura de que recortar las tasas de interés haga algo realmente para ayudar en eso”, afirmó. Esta visión sugiere que, incluso con menores tasas, la política monetaria podría tener un impacto limitado en ciertas fricciones del empleo, algo relevante para quienes analizan la interacción entre tecnología, IA y trabajo.
Más recortes en 2025: estimaciones encontradas y cambio de liderazgo
Otros analistas ven un escenario distinto para 2025. Tilley, de Wilmington Trust, proyecta tres recortes adicionales en las próximas tres reuniones de política de la Fed, impulsados por un mercado laboral que, según él, ya se está debilitando y podría deteriorarse más. Esta visión contrasta con la cautela de Mester y refuerza la idea de que el comité enfrentará tensiones internas crecientes.
Tilley calcula que 154.000 trabajadores del gobierno que aceptaron indemnizaciones al dejar sus puestos en octubre podrían elevar la tasa de desempleo de noviembre en casi una décima, hasta 4,5%. Además, destaca que, si se excluyen los empleos del sector salud, el crecimiento del empleo en el sector privado ha sido negativo según cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).
A su juicio, el panorama incluye no solo a empleados federales que salen del mercado, sino también a nuevos entrantes que tienen dificultades para encontrar trabajo. “Entonces, todo se junta para reflejar un mercado laboral muy débil”, concluye. Si esta lectura se consolida, aumentaría la presión sobre la Fed para seguir relajando la política monetaria.
Aditya Bhave, economista senior de Estados Unidos en Bank of America, adopta otra postura. Proyecta dos recortes adicionales en junio y julio próximos, pero no porque la economía lo requiera, sino por la posible llegada de un nuevo presidente de la Fed. De acuerdo con su estimación, eso llevaría las tasas a un rango de 3,0% a 3,25%.
Política acomodaticia, estímulo fiscal y escenarios para 2025
La proyección de Bhave introduce un factor político e institucional en el debate. “Nuestra previsión de recortes adicionales el próximo año se debe al cambio de liderazgo, no a nuestra lectura de la economía”, explicó el economista. Según esa visión, el nuevo liderazgo podría estar más dispuesto a relajar la política, incluso si los fundamentos macroeconómicos no lo justifican plenamente.
Bhave advierte que, al recortar tasas esta semana, la Fed aumentaría el riesgo de llevar la política monetaria hacia un territorio acomodaticio justo cuando el estímulo fiscal comienza a tener efecto. Esa combinación de tasas más bajas y mayor gasto podría avivar tensiones inflacionarias, algo que preocupa tanto a gestores de renta fija como a quienes siguen de cerca activos sensibles a la liquidez global.
Por su parte, Amir Bagherpour, director global de gestión en Accenture, proyecta que la Fed recortará las tasas una o dos veces más el año próximo, después del ajuste de esta semana. Su escenario base asume que la inflación PCE subyacente oscilará entre 2,5% y 2,7%, el PIB crecerá entre 1,5% y 1,8%, la tasa de desempleo cerrará el año entre 4,4% y 4,6%, y la creación mensual de empleo promediará entre 75.000 y 125.000 puestos.
Estos rangos describen una economía en desaceleración, pero no en recesión profunda, con presiones inflacionarias moderadas y un mercado laboral más débil, pero todavía funcional. En ese entorno, la Fed tendría espacio limitado, pero real, para recortar sin perder credibilidad, siempre que comunique con claridad sus objetivos y el rumbo de mediano plazo.
Los funcionarios de la Fed publicarán el miércoles nuevas proyecciones para inflación, PIB y desempleo. Esos números, junto con el tono de Powell, ayudarán a definir no solo la trayectoria de las tasas tradicionales, sino también el apetito de los inversionistas por activos de riesgo, desde acciones tecnológicas hasta criptomonedas y proyectos de inteligencia artificial, altamente sensibles al costo del dinero y a las expectativas de liquidez futura.
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