Por Angel Di Matteo   𝕏 @shadowargel

La empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp reconoce internamente que hasta el 10 % de sus ingresos provienen de anuncios vinculados a fraudes.

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  • Aproximadamente USD $16.000 millones en 2024 podrían derivar de publicidad de estafas y productos prohibidos.
  • La empresa expone diariamente cerca de 15.000 millones de anuncios sospechosos de fraude.
  • La estrategia priorizaba ingresos sobre bloqueo automático, permitiendo que grandes anunciantes siguieran activos a pesar de cientos de infracciones.

 

Meta, la empresa matriz de plataformas como Facebook, Instagram y WhatsApp— se encuentra ante uno de los escándalos de publicidad más graves de su historia. De acuerdo a documentos internos revisados por la agencia Reuters, la empresa proyectó que aproximadamente el 10,1 % de sus ingresos anuales para 2024 —equivalente a unos USD $16.000 millones— provendrían de anuncios que mostraban claros indicios de estafa o comercialización de productos prohibidos. 

Este fenómeno sitúa a Meta no solo como víctima de fraude publicitario, sino como beneficiaria indirecta de una economía digital de estafas a escala global.

Magnitud de la problemática

Según los informes, Meta expone cada día a sus usuarios cerca de 15.000 millones de anuncios considerados de “alto riesgo legal” o con sospechas claras. 

En concreto, solo en la categoría de anuncios con “mayor riesgo legal” la empresa estimó un ingreso anualizado de alrededor de USD $7.000 millones. 

Los documentos abarcan datos internos de los departamentos de finanzas, ingeniería y seguridad entre 2021 y mayo de 2025, lo que permite constatar que la dimensión del problema no es un hecho aislado sino persistente. 

Los informes revelan que Meta aplica una política interna donde los anunciantes son expulsados únicamente si los sistemas automáticos estiman con más del 95 % de certeza que están cometiendo fraude. Si la certeza es menor, la empresa opta por cobrar tarifas publicitarias más altas a esos anunciantes, en lugar de bloquearlos. 

Esta estrategia de “penalty bids” (ofertas penalizadas) busca disuadir a anunciantes sospechosos sin sacrificar los ingresos. Sin embargo, en la práctica, muchos continúan activos durante meses, incluso cuando acumulan cientos de denuncias y aparecen en reportes internos como los “Scammiest Scammers” registrados durante la semana. 

Además, los documentos muestran que Meta impuso internamente un límite: en el primer semestre de 2025, el equipo encargado de monitorear a anunciantes dudosos no podía tomar medidas que implicaran una pérdida mayor al 0,15 % de los ingresos totales de la empresa —unos USD $135 millones sobre unos USD $90.000 millones generados en ese periodo. 

Este conjunto de políticas revela una tensión evidente entre control de fraude y preservación de ingresos publicitarios.

Impacto en usuarios y casos emblemáticos

Para los usuarios, las consecuencias han sido graves. El sistema de personalización de anuncios de Meta tiende a mostrar más contenido fraudulento a quienes ya han interactuado con mensajes de estafa, lo cual agrava la exposición al riesgo. 

Un caso documentado por Reuters es el de Mike Lavery, exmilitar canadiense, quien perdió CAD $40.000 tras invertir en una estafa promocionada a través de una cuenta hackeada de Facebook. La cuenta pertenecía a una reclutadora de la Fuerza Aérea canadiense y fue utilizada para promover falsas inversiones en criptomonedas. 

Según testimonios, pese a que la víctima y sus contactos presentaron más de 100 denuncias, Meta tardó semanas en cerrar la cuenta hackeada, durante las cuales al menos otros cuatro compañeros militares también fueron estafados. Lavery declaró: “Pensé que estaba hablando con una amiga de confianza, por eso bajé la guardia”. 

Asimismo, los empleados de seguridad estimaron que en 2023 Facebook e Instagram recibían unas 100.000 denuncias semanales de estafas, pero el 96 % de ellas eran ignoradas o rechazadas incorrectamente. 

Para la audiencia interesada en cripto y Blockchain, es relevante destacar que muchas estafas tienen como gancho falsas inversiones en criptomonedas u operaciones de trading inexistentes, lo que refuerza la importancia de entender los mecanismos de riesgo y la opacidad de ciertos anuncios.

Respuesta de Meta y presión regulatoria

En su reacción pública, Meta declaró a través del vocero Andy Stone que los documentos revisados presentan una visión “selectiva” y “demasiado inclusiva”, ya que según ellos incluyen “muchos” anuncios legítimos dentro del cálculo del 10,1 % de ingresos provenientes de fraudes. 

Stone también afirmó que Meta “combate agresivamente” el fraude y anunció que en los últimos 18 meses la empresa redujo en un 58 % las denuncias de anuncios fraudulentos a nivel global y que solo en 2025 ha eliminado “más de 134 millones” de piezas publicitarias sospechosas. 

No obstante, la presión regulatoria está aumentando. En EE. UU., la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) investiga a Meta por difusión de anuncios de estafas financieras, y en Reino Unido un regulador determinó que los productos de la empresa estuvieron implicados en un 54 % de las pérdidas por estafas relacionadas con pagos en 2023, más del doble que todas las demás plataformas juntas. 

Internamente, la empresa fijó un objetivo de reducción progresiva de la proporción de ingresos vinculados a anuncios fraudulentos: pasar del 10,1 % estimado en 2024 al 7,3 % a finales de 2025, al 6 % en 2026 y al 5,8 % en 2027. 

Para lectores interesados en tokenización, fintech y regulación, este escenario implica que plataformas globales con modelos de monetización publicitaria podrían estar bajo riesgo regulatorio creciente, lo que afectaría tanto a su modelo de negocio como al ecosistema de cripto-y-fintech que se apoya en ellas para marketing y adquisición de usuarios.

Retos futuros y implicaciones para criptomonedas, Blockchain e IA

El reconocimiento interno de que una parte significativa de los ingresos proviene de fraudes plantea preguntas importantes para la industria de cripto y Blockchain. En el contexto de esquemas de inversión fraudulentos, muchos anuncios promocionan “oportunidades” de trading, preventas falsas o fondos tokenizados inexistentes. La falta de control efectivo facilita que actores maliciosos utilicen plataformas masivas como Meta para alcanzar audiencias globales.

Para quienes desarrollan tecnología de tokenización de activos reales (RWA) o infraestructuras fintech globales, este entorno representa un riesgo reputacional y operativo: si las plataformas de difusión no garantizan controles rígidos, tanto los actores legítimos como los usuarios finales pueden verse expuestos a fraudes, debilitando la confianza en todo el ecosistema.

Desde la perspectiva de la IA, Meta invierte miles de millones en infraestructura de inteligencia artificial y realidad virtual, pero los documentos internos reconocen que sus plataformas “se han convertido en un pilar de la economía global del fraude”.  Esto implica que los algoritmos de personalización pueden amplificar contenido ilícito, lo cual debiera ser objeto de mayor escrutinio técnico y regulatorio.

Por último, la presión regulatoria en EE. UU. y Reino Unido sugiere que estas plataformas podrían enfrentar sanciones aún mayores, lo que podría tener efecto dominó en la publicidad digital, en la captación de usuarios para aplicaciones DeFi y en la distribución de campañas de marketing de criptoempresas que actualmente dependen de estas redes sociales.


Artículo escrito con ayuda de un redactor de contenido de IA, editado por Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

Imagen original de DiarioBitcoin, creada con inteligencia artificial, de uso libre, licenciada bajo Dominio Público.


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