Por Angel Di Matteo   𝕏 @shadowargel

JPMorgan propone notas estructuradas que apuestan a una caída de Bitcoin en 2025 y un repunte masivo para 2028, ofreciendo mínimo un ingreso del 16%.

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  • JPMorgan presentó un instrumento vinculado al ETF IBIT de BlackRock que combina derivados y renta fija.
  • El producto ofrece un retorno mínimo garantizado de 16% si IBIT se mantiene estable o sube en un año.
  • Los inversionistas pueden obtener un retorno 1.5x sin tope si Bitcoin repunta fuertemente hacia 2028.

 

Los mercados tradicionales están presenciando un nuevo intento de Wall Street por acercarse a las criptomonedas sin tener que mantenerlas directamente. En este orden de ideas, el banco internacional con sede en EE. UU., JPMorgan, introdujo una propuesta de notas estructuradas que permitirán a los inversionistas obtener retornos ilimitados si el precio de Bitcoin cae en el corto plazo, pero se dispara hacia 2028. La propuesta fue presentada en un prospecto ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC).

De acuerdo con un reporte publicado por el medio The Block, el instrumento en cuestión, se apalanca en el desempeño del fondo cotizado iShares Bitcoin Trust (IBIT) de BlackRock, actualmente el ETF Bitcoin más grande del mercado, con cerca de USD $70.000 millones en activos administrados. Para los inversionistas institucionales que buscan exposición sin poseer la criptomoneda, IBIT se ha convertido en un vehículo clave.

La oferta de JPMorgan ilustra un cambio progresivo en la posición del banco hacia Bitcoin. Su CEO, Jamie Dimon, había calificado a la criptomoneda como un mecanismo de lavado de dinero “peor que los bulbos de tulipán”. Ahora, en un entorno donde las instituciones financieras buscan captar flujo en mercados digitales, la firma apuesta por productos derivados que operan dentro de marcos regulados.

Cómo funciona la nota estructurada

Las notas estructuradas combinan un valor tradicional, como un bono, con un componente derivado que depende de un activo subyacente. FINRA define estos instrumentos como productos cuyo retorno se determina mediante fórmulas que incorporan el comportamiento de activos de referencia. Este tipo de estructura obliga al inversionista a planear tanto escenarios de crecimiento como de caída.

El nuevo instrumento de JPMorgan fijará el próximo mes un precio específico para el ETF IBIT. En aproximadamente un año, si el ETF se encuentra igual o por encima de ese nivel, las notas serán llamadas automáticamente. En ese escenario, el inversionista recibirá un rendimiento mínimo garantizado de 16%. Esta característica ofrece una especie de pago fijo siempre que el ETF no muestre un comportamiento negativo en ese periodo.

Si el precio de IBIT queda por debajo del nivel fijado al cabo del año, entonces la nota no se activa. En ese caso, los inversionistas permanecerán en el instrumento hasta 2028, un horizonte donde la volatilidad potencial de Bitcoin se vuelve más determinante. Aquí entra el componente más llamativo de la oferta: si para finales de 2028 el ETF supera la nueva referencia establecida por JPMorgan, los participantes obtendrán un retorno de 1.5x sin límite. Esto implica que, en un escenario de apreciación significativa de Bitcoin, los inversionistas podrían recibir retornos importantes.

Esta estructura busca atraer a quienes desean capturar el crecimiento potencial de Bitcoin, pero también desean contar con mecanismos de protección. La nota incorpora un amortiguador de riesgo que preserva la inversión inicial si IBIT cae hasta 30% para 2028. Si la depreciación supera ese porcentaje, el cliente absorberá pérdidas equivalentes a la caída del ETF.

Diferencias frente a una inversión directa en IBIT

Invertir directamente en IBIT ofrece una exposición simple al precio spot de Bitcoin. Sin embargo, el instrumento propuesto por JPMorgan añade tres elementos que podrían resultar atractivos en escenarios de incertidumbre:

Primero, ofrece un rendimiento fijo de corto plazo de 16% si el ETF se mantiene estable dentro del primer año. Segundo, concede una oportunidad de obtener un retorno multiplicado por 1.5 sin tope si Bitcoin repunta hacia 2028. Tercero, brinda una ventana de protección frente a pérdidas de hasta 30% al final del periodo. Para quienes enfrentan una aversión moderada al riesgo, pero no desean excluir la posibilidad de grandes ganancias, esta estructura puede resultar seductora.

No obstante, la propuesta también conlleva riesgos no tradicionales. En su solicitud, JPMorgan advierte que los inversionistas deben estar dispuestos a renunciar a pagos de intereses y aceptar la posibilidad de perder parte o la totalidad del monto invertido al vencimiento. El banco también subraya que las notas no constituyen depósitos bancarios ni están aseguradas por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, lo que implica que su protección regulatoria es limitada.

El contexto más amplio: Wall Street experimenta con Bitcoin

La introducción de esta nota ocurre en medio de un cambio generacional en la industria financiera. Morgan Stanley lanzó recientemente un producto similar vinculado al ETF IBIT, que logró ventas por USD $104 millones, según reportó Bloomberg. La firma describió su instrumento como uno que permite obtener retornos mejorados si el ETF se mantiene estable o sube, pero también modestas ganancias si cae menos de 25%. Si la depreciación es mayor, el inversionista absorbe la pérdida sin colchones de protección.

Estos productos forman parte de una tendencia más amplia que Bloomberg identifica como un renacer del mercado estadounidense de notas estructuradas. El colapso de Lehman Brothers congeló este segmento durante años, borrando miles de millones en notas y debilitando la confianza del público. Sin embargo, la llegada de activos digitales, ETFs de criptomonedas y nuevas arquitecturas regulatorias ha revitalizado el interés de bancos y clientes institucionales.

Para muchos inversionistas conservadores, estos instrumentos representan una forma intermedia de entrar al ecosistema cripto, ya que ofrecen exposición al desempeño de Bitcoin sin la responsabilidad de mantener claves privadas o comprender la infraestructura de wallets. No obstante, también plantean un debate sobre si la industria financiera está diluyendo la misión descentralizada de BTC o fortaleciendo su legitimación dentro de los mercados globales.

Mirando a 2028: volatilidad y expectativas

El rendimiento de estos productos depende del comportamiento de Bitcoin, cuya volatilidad histórica representa tanto una amenaza como una oportunidad. Las perspectivas hacia 2028 están condicionadas por factores como adopción institucional, ciclos de reducción de emisión, desarrollo regulatorio y correlaciones con los mercados tradicionales. Para los bancos, ofrecer productos estructurados es una forma de capitalizar esta incertidumbre sin exponerse directamente a la posesión del activo.

La propuesta de JPMorgan evidencia una evolución estratégica. Aunque el banco mantiene una postura crítica hacia Bitcoin en su comunicación pública, reconoce que la demanda institucional no desaparecerá. Los inversionistas que consideran estas notas deben equilibrar expectativas y riesgos, entendiendo que la estructura puede beneficiarlos tanto en escenarios moderados como extremos, pero también puede amplificar pérdidas si el precio del ETF sufre caídas pronunciadas.


Artículo escrito con ayuda de un redactor de contenido de IA, editado por Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

Imagen original de DiarioBitcoin, creada con inteligencia artificial, de uso libre, licenciada bajo Dominio Público


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