Por Canuto  

La presencia de empleados de DOGE en redes restringidas con información sobre armas nucleares desata polémicas sobre seguridad nacional y transparencia en EE. UU. Dos trabajadores vinculados a Elon Musk, sin antecedentes en temas nucleares, han sido identificados en sistemas ultra clasificados, lo que pone en duda los procesos internos y el manejo de privilegios de acceso de datos críticos.
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  • Dos empleados de DOGE recibieron cuentas en redes clasificadas de la NNSA y el Departamento de Defensa, con acceso potencial a secretos nucleares.
  • El Departamento de Energía niega el acceso real, pero fuentes internas reportan la presencia de los nombres en los sistemas restringidos.
  • La controversia se suma a preocupaciones sobre manejo de datos y privilegios, agravando el debate sobre seguridad y transparencia en agencias gubernamentales.

Acceso de empleados de DOGE a sistemas nucleares de EE. UU. genera escándalo

El Departamento de Eficiencia Gubernamental, conocido como DOGE, afronta serias críticas tras la reciente revelación de que dos de sus empleados fueron identificados con cuentas en redes clasificadas de alta seguridad vinculadas al arsenal nuclear estadounidense. Según reportes obtenidos por la cadena NPR, los trabajadores Luke Farritor, un joven ex pasante de SpaceX de 23 años, y Adam Ramada, un capitalista de riesgo de Miami, lograron estar presentes en directorios de sistemas que almacenan información restringida sobre las armas nucleares de EE. UU.

El caso, que involucra datos sensibles de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) y del Departamento de Defensa, genera preocupación sobre la protección de secretos críticos para la seguridad del país. La capacidad de personal sin antecedentes en temas nucleares para aparecer en sistemas clasificados ha puesto bajo lupa los procesos internos y el manejo de permisos de acceso.

Ambiente de máxima seguridad, tal como el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, fue escenario de la controversia. Estos laboratorios, según la cobertura original, utilizan cámaras y sistemas informáticos protegidos para pruebas y manejo de información de armamento avanzado.

Negación oficial y versiones encontradas

El portavoz del Departamento de Energía negó de manera enfática que tanto Farritor como Ramada tuvieran acceso a las redes. “Esta información es falsa. Ningún personal de DOGE ha accedido a estos sistemas de la NNSA. Los dos individuos en cuestión trabajaron en la agencia por varios días y se retiraron en febrero”, afirmó el vocero en un comunicado oficial enviado a la prensa.

Sin embargo, dos fuentes anónimas con acceso directo a los sistemas clasificaron la información obtenida por NPR como precisa. Estos insiders pudieron comprobar la existencia de cargos y nombres en los directorios de las redes restringidas, aunque aclararon que tal presencia no implica automáticamente acceso pleno a los datos secretos, ya que el acceso debe gestionarse bajo un estricto “principio de necesidad de saber”.

Es importante resaltar que, de acuerdo a NPR, miles de empleados pueden consultar estos directorios, pero para ingresar a la información confidencial se requiere estar físicamente en terminales avanzadas dentro de sitios especialmente protegidos y contar con permisos especiales.

En febrero pasado, medios como CNN ya habían reportado intentos de empleados de DOGE, entre ellos Farritor, para obtener acceso a estos sistemas nucleares. El secretario de Energía, Chris Wright, negó entonces que DOGE poseyera ese tipo de autorizaciones, puntualizando: “He oído estos rumores, ‘Están viendo nuestros secretos nucleares.’ Nada de eso es cierto; no tienen autorizaciones de seguridad”.

Sistemas y procesos de acceso a datos nucleares

Las redes bajo controversia incluyen la NNSA Enterprise Secure Network y la Secret Internet Protocol Router Network (SIPRNet). La primera sirve para transferir detalles técnicos y datos restringidos sobre materiales y diseños de armas nucleares entre la NNSA, laboratorios y plantas de producción. Por su parte, la SIPRNet facilita la comunicación clasificada a nivel secreto entre el Departamento de Defensa y el de Energía.

Normalmente, para operar en estas plataformas se exige una autorización “Q”, la más alta dentro del Departamento de Energía. NPR señala que este permiso puede acelerarse bajo circunstancias excepcionales, pero usualmente implica un minucioso y largo proceso burocrático y de verificación.

Fuentes citadas por NPR sugirieron que la creación de una cuenta en estos sistemas podría interpretarse como un “punto de apoyo” inicial, si bien esto no garantiza acceso a archivos o datos extremadamente sensibles. Tal avance permitiría, según expertos, que personal de DOGE pueda eventualmente solicitar información secreta relevante para proyectos o temas presupuestarios.

Hans Kristensen, quien dirige el Proyecto de Información Nuclear en la Federación de Científicos Americanos, explicó que los detalles más cruciales del presupuesto nuclear suelen permanecer clasificados, influyendo discretamente en la toma de decisión pública y financiera dentro del sector.

Contexto y controversias institucionales

El papel de DOGE dentro de la NNSA y sus prerrogativas provocaron debates previos, especialmente luego de los intentos de reducir personal dentro de la agencia durante la administración Trump. En febrero, bajo dirección de DOGE, cientos de trabajadores fueron inicialmente despedidos, aunque la cifra real de despidos resultó ser menor a 50, según la propia NNSA.

La polémica llega en un momento particularmente delicado para el manejo interno de datos sensibles en agencias gubernamentales estadounidenses. NPR también reportó denuncias de la Junta Nacional de Relaciones Laborales sobre posible acceso y extracción de datos sensibles por parte de empleados de DOGE en esa institución. Incluso se sospecha que intentaron borrar registros y desactivar sistemas de monitoreo, mientras se identificaron accesos sospechosos desde una IP ubicada en Rusia usando credenciales recién obtenidas por DOGE.

Además, la reciente exposición sobre el uso de la aplicación Signal por parte del Secretario de Defensa Pete Hegseth para enviar información clasificada sobre operaciones militares agravó el entorno de desconfianza. El caso se intensificó cuando periodistas y familiares del secretario fueron incluidos accidentalmente en chats con información sensible, conforme detalló el New York Times.

Estos hechos ilustran cómo una serie de incidentes en distintas agencias han elevado la presión pública y política por mayor rigor y supervisión en el acceso y manejo de archivos estratégicos y secretos nacionales.

Implicaciones para la seguridad nacional y transparencia

La serie de controversias alimenta el debate público, no solo por el potencial riesgo para la seguridad nacional estadounidense, sino también por su impacto en la confianza hacia nuevas estructuras administrativas ligadas a figuras innovadoras y disruptivas en la industria tecnológica global, como Elon Musk. Para los observadores y expertos, la transparencia y el escrutinio preciso sobre quién accede a qué tipo de datos jamás habían sido tan necesarios.

Por ahora, la presencia de personal de DOGE en redes restringidas se mantiene como un indicio preocupante, pero sin evidencia concluyente de acceso pleno a secretos nucleares, según el reporte inicial. Sin embargo, la comunidad de seguridad internacional y los ciudadanos interesados en gobiernos digitales, blockchain, criptomonedas y nuevas formas de administración vigilarán de cerca los próximos pasos en torno a esta delicada materia.


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Este artículo fue escrito por un redactor de contenido de IA y revisado por un editor humano para garantizar calidad y precisión.


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