Por Canuto  

La Casa Blanca prepara un giro en su política de control de exportaciones al permitir que Nvidia envíe sus GPU H200 a China, buscando un frágil punto medio entre contener el avance tecnológico de Pekín, proteger el liderazgo estadounidense en inteligencia artificial y no entregar el mercado chino a rivales locales como Huawei.

***

  • Washington planea autorizar la exportación a China de las GPU Nvidia H200, chips potentes pero unos 18 meses detrás de las ofertas más avanzadas de la compañía.
  • La decisión intenta corregir el fracaso del modelo H20, vetado por Pekín, que abrió espacio a fabricantes chinos como Huawei en el mercado de centros de datos de IA.
  • Expertos advierten que, aunque los controles de exportación dieron tiempo a EE. UU. en la carrera de IA, no bastan sin mayor inversión pública en investigación básica.

El gobierno de Estados Unidos se prepara para autorizar la exportación de GPU Nvidia H200 a China, en lo que sería un cambio significativo de su política de controles a la tecnología de inteligencia artificial, tras años de restricciones diseñadas para frenar el avance de Pekín en este campo estratégico.

Según una persona con conocimiento del plan citada por el medio Semafor, la Casa Blanca ordenaría al Departamento de Comercio que permita la venta a China de chips H200, un modelo considerado poderoso pero aproximadamente 18 meses por detrás de las ofertas más avanzadas de Nvidia.

La decisión busca un punto de equilibrio entre quienes presionan por bloquear cualquier chip de IA avanzado hacia China y quienes temen que las restricciones actuales estén regalando el mercado chino a competidores locales, debilitando a las empresas estadounidenses en el largo plazo.

Esta apertura llegaría después de varios años en los que Washington reforzó los controles de exportación bajo la administración de Joe Biden, con el objetivo de evitar que China redujera la brecha tecnológica en inteligencia artificial y computación de alto rendimiento.

Un “punto medio” en la guerra de chips entre EE. UU. y China

El envío de GPU H200 a China se perfila como un compromiso político: se trata de chips lo bastante potentes para resultar atractivos para compañías chinas, pero no son los más avanzados del catálogo de Nvidia, lo que, en teoría, mantendría una ventaja tecnológica para Estados Unidos.

De acuerdo con la fuente citada por Semafor, la medida intenta responder tanto a quienes se oponen frontalmente a permitir la exportación de cualquier chip de IA avanzado como a quienes advierten que un cierre total solo dejaría el campo libre a fabricantes chinos como Huawei.

El gobierno chino, por su parte, ya había mostrado su disposición a usar su poder regulatorio para presionar: Pekín bloqueó la importación de modelos recortados como el Nvidia H20, argumentando preocupaciones de seguridad, lo que terminó impulsando a proveedores domésticos.

Para Washington, la apuesta con el H200 es distinta. Aunque no se basa en la arquitectura más reciente de Nvidia, el chip posee capacidades suficientes como para que China pueda aceptarlo, al tiempo que permite a las empresas estadounidenses mantener presencia en el mayor mercado único del mundo y seguir marcando estándares tecnológicos.

El fracaso del H20 y el impulso involuntario a Huawei

En un primer intento de compromiso, Estados Unidos permitió que Nvidia diseñara y exportara una versión reducida del H200, conocida como H20, específicamente ajustada para cumplir con las restricciones de potencia impuestas por Washington.

Sin embargo, las autoridades chinas reaccionaron en contra de ese producto y, según la información recogida por Semafor, instruyeron a compañías locales a dejar de comprar H20 por razones de seguridad nacional, cerrando de facto la puerta a ese chip en el mercado chino.

Esa decisión abrió una ventana de oportunidad para fabricantes locales como Huawei, que ya venían avanzando en sus propios procesadores para centros de datos de inteligencia artificial y pudieron aprovechar el vacío dejado por la ausencia de Nvidia en el segmento más regulado.

Algunos funcionarios dentro de la Casa Blanca habrían interpretado este resultado como una victoria para las empresas chinas, que lograron ganar espacio precisamente gracias al bloqueo a un chip de gama intermedia que buscaba respetar las reglas estadounidenses sin renunciar al mercado.

Nvidia, la Casa Blanca y el cálculo político

La nueva estrategia para el H200 se enmarca en un contexto político complejo, donde se combinan la competencia geopolítica con China, las presiones de la industria tecnológica y los intereses económicos vinculados a uno de los mercados más grandes del mundo.

El secretario de Comercio, Howard Lutnick, había señalado recientemente que la decisión final sobre estos controles estaba en manos del presidente Donald Trump. De acuerdo con la fuente citada, Lutnick apoya la estrategia de permitir las exportaciones del H200 a China.

Un portavoz del Departamento de Comercio decidió no hacer comentarios sobre el plan, mientras que representantes de la Casa Blanca y de Nvidia tampoco respondieron de inmediato a las solicitudes de respuesta, de acuerdo con la información reportada.

Si se concreta, la apertura del mercado chino para los H200 podría impulsar significativamente los ingresos de Nvidia, al desbloquear una demanda masiva de cómputo para modelos de inteligencia artificial, a la vez que refuerza el papel de la tecnología estadounidense como estándar global en infraestructura de IA.

Restricciones que retrasan, pero no detienen a China

Las restricciones de exportación impuestas por Estados Unidos bajo la administración Biden fueron diseñadas para limitar el acceso de China a chips de alto rendimiento, buscando evitar que el país asiático alcanzara paridad tecnológica en inteligencia artificial con Washington.

No obstante, algunas voces dentro de la propia Casa Blanca consideran que esas políticas no han logrado plenamente su objetivo. Según personas familiarizadas con este debate, existe la percepción de que, pese a los controles, compañías chinas han seguido avanzando de forma notable.

Empresas como DeepSeek y Alibaba han desarrollado modelos de inteligencia artificial considerados de clase mundial, mientras fabricantes como Huawei han acelerado el desarrollo de hardware propio para suplir el hueco creado por la imposibilidad de comprar chips de Nvidia y otros proveedores occidentales.

Los defensores de las restricciones originales replican que estas sirvieron para ganar tiempo, al retrasar el acceso de China al cómputo más avanzado y permitir que empresas estadounidenses consolidaran su participación en el mercado global durante un periodo crucial de adopción de la IA.

Dependencias cruzadas: chips, TSMC y minerales raros

Detrás de esta disputa por los chips de inteligencia artificial se esconde una red más amplia de dependencias estratégicas en la cadena global de suministro tecnológico, que condiciona las decisiones de Estados Unidos y China.

Washington ha tenido dificultades para reconstruir su capacidad doméstica de fabricación de semiconductores, con el objetivo de reducir la dependencia de la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), pieza clave en la producción de los chips más avanzados del mundo.

Al mismo tiempo, China ha utilizado su dominio en el procesamiento de minerales raros, esenciales para baterías, electrónica avanzada y tecnologías críticas, como una palanca de presión en la relación con Estados Unidos y sus aliados.

En este tablero interdependiente, el margen de maniobra de Washington pasa por equilibrar seguridad nacional, competitividad industrial y acceso a mercados, mientras Pekín avanza en su objetivo declarado de lograr autosuficiencia tecnológica en sectores estratégicos, incluida la inteligencia artificial.

La opinión de Reed: controles útiles a corto plazo, insuficientes a largo plazo

En la sección de opinión, el analista Reed sostiene que los controles de exportación pueden resultar efectivos en el corto plazo, pero hacen poco para cambiar la trayectoria de largo plazo de China, país decidido a volverse tecnológicamente autosuficiente.

Según su visión, ninguna política estadounidense podrá modificar por completo ese objetivo estratégico de Pekín, y la prisa de China por reducir su dependencia de la tecnología de Estados Unidos es, al mismo tiempo, una debilidad que Washington podría explotar.

Reed indica que, de forma paralela, Estados Unidos parece concentrarse casi exclusivamente en frenar el avance chino, lo que también constituye una vulnerabilidad que China puede aprovechar si el enfoque no se equilibra con una agenda fuerte de innovación propia.

Para el analista, el sector privado es esencial en los próximos años, pero el factor decisivo para el éxito a largo plazo de Estados Unidos será el rol del gobierno, especialmente en el financiamiento de investigación básica que aún no es comercialmente viable.

Más inversión pública para ganar la carrera de IA

Reed argumenta que, mientras no se observen aumentos masivos en el financiamiento de investigación de frontera en universidades estadounidenses, será difícil afirmar que el país está haciendo todo lo posible para ganar la carrera tecnológica con China en inteligencia artificial.

En su análisis, insiste en que mantener y ampliar la ventaja de Estados Unidos no depende solo de restringir el acceso de China a chips avanzados, sino también de asegurar un flujo constante de innovación científica desde el sector académico y los laboratorios públicos.

Ese tipo de investigación de horizonte azul, que no tiene una aplicación comercial inmediata, suele quedar fuera de las prioridades de las grandes tecnológicas, más enfocadas en proyectos con retorno financiero claro en el corto y mediano plazo.

Por ello, sostiene que una estrategia sostenible de liderazgo en IA debería combinar un sector privado dinámico con una política industrial activa y un apoyo sistemático a la ciencia básica, algo que, en su opinión, aún no se ve con la escala necesaria.

La defensa de los controles: evitar que el primer megaclúster de IA surja en China

Desde otra perspectiva, Greg Allen, asesor principal del Centro de IA Wadhwani en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, defendió recientemente la importancia de los controles de exportación sobre chips avanzados para el liderazgo estadounidense.

En un testimonio ante el Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado sobre Asia Oriental, Allen sostuvo que, sin el bloqueo a las exportaciones de chips de IA más potentes por parte de la administración Biden, podría haberse construido el primer clúster de IA de un millón de chips en China en lugar de Estados Unidos.

Para Allen, China cuenta con varias ventajas en la carrera de inteligencia artificial, pero la disparidad en recursos de cómputo es, casi con certeza, la mayor ventaja específica que hoy mantiene Estados Unidos sobre su rival geopolítico.

El experto citó a dos altos ejecutivos de empresas chinas clave de IA que han reconocido públicamente que la falta de acceso a chips de IA avanzados representa el desafío más significativo para sus compañías, por encima incluso de la disponibilidad de capital.

Las voces desde China: la escasez de GPU como desafío central

Allen recordó que, en mayo de 2025, Wang Qi, entonces vicepresidente de la unidad de computación en la nube de Tencent, afirmó que el problema más grave para la empresa eran los recursos limitados de tarjetas gráficas y capacidad de cómputo.

Según el testimonio citado, Wang Qi señaló además que el endurecimiento de los controles de exportación de Estados Unidos ampliaría la brecha en la adopción de IA entre China y Estados Unidos en el corto plazo, al restringir el acceso a los chips más avanzados.

De manera similar, en julio de 2024, el director ejecutivo de DeepSeek, Liang Wenfeng, expresó que la empresa no tenía planes de financiamiento a corto plazo porque el dinero nunca había sido el problema principal, sino las prohibiciones sobre envíos de chips avanzados.

Estas declaraciones ilustran cómo la política de controles ha afectado directamente la capacidad de las empresas chinas de escalar sus infraestructuras de IA, reforzando el argumento de quienes consideran los bloqueos como un instrumento clave del liderazgo tecnológico de Estados Unidos.

En este contexto, la apertura parcial para los Nvidia H200 aparece como una maniobra delicada: busca aprovechar el mercado chino y fijar estándares globales con tecnología estadounidense, sin renunciar a la ventaja estratégica que aún otorgan los chips más avanzados que seguirían bajo fuertes restricciones.


Imagen original de DiarioBitcoin, creada con inteligencia artificial, de uso libre, licenciada bajo Dominio Público.

Este artículo fue escrito por un redactor de contenido de IA y revisado por un editor humano para garantizar calidad y precisión.


ADVERTENCIA: DiarioBitcoin ofrece contenido informativo y educativo sobre diversos temas, incluyendo criptomonedas, IA, tecnología y regulaciones. No brindamos asesoramiento financiero. Las inversiones en criptoactivos son de alto riesgo y pueden no ser adecuadas para todos. Investigue, consulte a un experto y verifique la legislación aplicable antes de invertir. Podría perder todo su capital.

Suscríbete a nuestro boletín