Por Angel Di Matteo   @shadowargel

En el marco de la impopularidad del dólar a razón de las medidas tomadas por EE. UU., la presidenta del BCE urgió a las naciones a aprovechar el momento para posicionar al euro a nivel regional e internacional.

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  • La presidenta del BCE advirtió que Europa no puede depender de choques externos.
  • El “momento global del euro” podría llegar si EE. UU. debilita su cooperación internacional.
  • Bruselas impulsa la nueva Unión de Ahorros e Inversiones para canalizar el capital interno.

 

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, pidió a los gobiernos del bloque fortalecer las bases económicas del euro y no limitarse a resistir los impactos externos. En un discurso en París, advirtió que la eurozona debe transformar su apertura económica en resiliencia si quiere mantener la moneda como pilar de estabilidad en tiempos de incertidumbre mundial.

Lagarde subrayó que los flujos de capital hacia la región, cuando buscan refugio, suelen apreciar la moneda y perjudicar a los exportadores europeos. “Si reforzamos los cimientos del euro ahora, podemos transformar nuestra apertura en resiliencia y nuestras debilidades en fortalezas”, afirmó, según declaraciones reseñadas por Bloomberg.

Un “momento global del euro” ante la debilidad del dólar

La presidenta del BCE destacó que el repliegue internacional de Estados Unidos bajo Donald Trump está reabriendo el debate sobre el papel del dólar como moneda de reserva global. En ese contexto, algunos funcionarios europeos creen que se aproxima el llamado “momento global del euro”, una oportunidad para consolidar su rol como alternativa al dólar, aunque los avances han sido limitados desde que Lagarde mencionó el tema en mayo, reporta Cryptopolitan.

Pese a que los bonos soberanos con calificación máxima en la zona euro suman €6,6 billones (USD $7,7 billones), ese monto apenas representa una quinta parte del mercado de bonos del Tesoro estadounidense. Las bolsas europeas, además, valen menos de la mitad del mercado bursátil de EE. UU., y no son tan eficientes en canalizar inversión hacia la economía real.

Lagarde insistió en que Europa debe construir un entorno donde el capital fluya hacia sectores productivos, generando un ciclo virtuoso de inversión y crecimiento que fortalezca la credibilidad internacional del euro.

Para lograrlo, la presidenta del BCE señaló que Europa necesita armonizar regulaciones, sistemas fiscales y leyes de bancarrota que hoy difieren entre países. También destacó problemas estructurales como los altos costos energéticos, la productividad estancada y la falta de voluntad de los Estados miembros para financiar proyectos comunes que beneficien a toda la unión.

Estos desequilibrios, según Lagarde, impiden que el euro evolucione hacia una moneda con influencia global comparable al dólar. Sin una mayor integración económica y financiera, advirtió, Europa corre el riesgo de quedar atrapada entre las tensiones de potencias como EE. UU. y China.

La Unión de Ahorros e Inversiones: el nuevo intento de Bruselas

En respuesta a estos desafíos, la Comisión Europea lanzó recientemente la Unión de Ahorros e Inversiones, una versión renovada de la antigua Unión de Mercados de Capitales. Su meta es crear un mercado único de capitales que incentive la inversión de los europeos en activos financieros y reduzca la dependencia de financiación externa.

El reto es grande: los ciudadanos del bloque acumulan cerca de €33 billones en ahorros, la mayoría inmovilizados en efectivo o depósitos bancarios tradicionales. A diferencia de los estadounidenses, los europeos tienden a evitar el riesgo y mantienen su capital fuera de los mercados de inversión.

Para revertir esa tendencia, Bruselas propone campañas de educación financiera y políticas de incentivos que fomenten la apertura de cuentas de inversión. Pero el eje central son los cambios tributarios: se plantean deducciones fiscales para nuevos inversores, exenciones de impuestos sobre ganancias reinvertidas y un sistema que grave los fondos solo al momento del retiro.

Resistencias nacionales y riesgo de más burocracia

El obstáculo principal es que los impuestos son competencia exclusiva de cada Estado miembro. Muchos gobiernos rechazan ceder control sobre sus sistemas fiscales, temiendo una pérdida de soberanía. Además, algunos sectores financieros advierten que las nuevas reglas podrían generar más trámites, en un momento en que la Unión Europea intenta precisamente reducir la burocracia.

Aun así, Lagarde insistió en que solo una estrategia coordinada permitirá a Europa convertir sus debilidades en fortalezas y consolidar al euro como una moneda verdaderamente global.


Artículo escrito con ayuda de un redactor de contenido de IA, editado por Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

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