Por Angel Di Matteo   @shadowargel

La firma de inversiones privadas Linqto, accionista de Ripple, se acogió al Capítulo 11 tras investigaciones federales, señalamientos por malas prácticas y una tormenta legal creciente. Sin embargo, Brad Garlinghouse negó que haya algún tipo de relación con la empresa.

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  • Linqto enfrenta acusaciones de haber vendido acciones de Ripple con sobreprecio a inversionistas minoristas.
  • Ripple se desvinculó públicamente y niega cualquier relación comercial con Linqto.
  • La quiebra podría convertir a miles de usuarios en acreedores no garantizados.

 

La plataforma estadounidense dedicada a inversiones privadas y conocida por ofrecer acceso a acciones de empresas como Ripple antes de su salida a bolsa, Linqto, se declaró oficialmente en bancarrota a inicios de esta semana. La solicitud fue registrada en la Corte del Distrito Sur de Texas y representa el punto culminante de meses de controversias e investigaciones regulatorias.

Linqto ofrecía acciones de Ripple

La polémica en torno a Linqto deriva en que la empresa se presentaba como un puente entre inversionistas minoristas y empresas privadas de alto perfil. A través de vehículos de inversión denominados LiquidShares, la plataforma ofrecía participaciones en más de 111 compañías, acumulando un portafolio que supera los USD $500 millones en valores, incluyendo 4,7 millones de acciones de Ripple.

Sin embargo, la opacidad en torno al manejo de estas acciones, en particular las de Ripple, y la ausencia de documentación clara sobre las fechas de adquisición generaron sospechas. A pesar de que aún las posee, y se estima que actualmente se cotizan en unos USD $450 millones, Linqto se negó a ofrecer detalles sobre su compra.

Ripple se desmarca de la empresa en crisis

Ante la suspicacia que genera el caso, el CEO de Ripple, Brad Garlinghouse, se pronunció públicamente en redes sociales para dejar claro que su empresa no mantiene ningún vínculo comercial con Linqto.

“Además de ser accionista, Ripple nunca ha tenido una relación comercial con Linqto ni ha participado en sus rondas de financiamiento”, declaró Garlinghouse en la plataforma X.

La aclaración busca proteger la imagen de Ripple, una firma que ocupa un lugar importante dentro del sector Blockchain, ganando muchísima relevancia tras su batalla legal con la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC), la cual aún no ha llegado a su fin pese a las solicitudes mutuas de acuerdo ante el tribunal respectivo.

Señalamientos por prácticas engañosas y violaciones regulatorias

En cuanto a Linqto, un reporte publicado por Wall Street Journal reveló que habría incurrido en diversas irregularidades, como ofrecer inversiones privadas a inversionistas no elegibles, no transferir debidamente los títulos adquiridos y vender acciones de Ripple con márgenes de ganancia que superaban con creces el límite del 10% establecido por la SEC.

En un caso documentado, el antiguo CEO de la entidad, William Sarris, presuntamente ofreció acciones de Ripple a los más de 11.000 usuarios de Linqto con precios hasta 60% por encima del costo de adquisición. Tales hechos han sido calificados como violaciones severas por parte de la nueva administración.

“Lo que descubrimos sobre las prácticas previas en Linqto es perturbador”, afirmó Dan Siciliano, actual CEO de la firma.

Cierre de la plataforma y múltiples investigaciones

Linqto cerró oficialmente su plataforma el pasado 13 de marzo, suspendiendo todas las operaciones de ingresos.

Actualmente, enfrenta investigaciones activas por parte de la SEC y del Departamento de Justicia de EE. UU. (DOJ). Además, la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA) ya culminó una auditoría sobre Linqto Capital, su filial que operaba como corredor registrado.

De forma paralela, Gene Zawrotny, exdirectivo de la empresa, presentó una demanda por incumplimientos en materia de cumplimiento normativo.

La primera audiencia de bancarrota se celebrará este martes, con testimonios clave de figuras como Jeffrey Stein, director de reestructuración; Kate Mailloux, analista de Epiq; y Ryan Hamilton, asesor en deuda de Jefferies.

Según documentos judiciales, Linqto habría estructurado incorrectamente sus vehículos de inversión y omitido permisos necesarios de emisores como Ripple.

En su solicitud de bancarrota, la empresa también reveló que busca un financiamiento de hasta USD $60 millones bajo el esquema de “deudor en posesión”, con el respaldo de Sandton Capital Partners, para facilitar la reorganización.

No obstante, muchos inversionistas minoristas que creían poseer directamente acciones de empresas privadas ahora podrían ser considerados simples acreedores no garantizados, enfrentando un proceso prolongado e incierto.

Aunque Ripple no está directamente involucrada, su asociación indirecta con Linqto vuelve a poner en evidencia los riesgos reputacionales que enfrentan las empresas prominentes del sector cripto cuando sus nombres se ven ligados a plataformas problemáticas, aunque sea de forma muy superficial.

El caso también subraya la urgencia de establecer marcos regulatorios más sólidos para el creciente mercado de capital privado secundario y las inversiones digitales, donde el acceso se ha democratizado pero los estándares aún no alcanzan la madurez necesaria para proteger al consumidor.


Artículo escrito por un redactor de contenido de IA. Editado por Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

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