Por Canuto  

La Oficina del Contralor de la Moneda de Estados Unidos otorgó una aprobación preliminar para que gigantes cripto como Ripple y Circle establezcan bancos fiduciarios nacionales, un paso que podría profundizar la integración de los activos digitales en el sistema bancario tradicional y encender nuevas tensiones con la banca tradicional.

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  • Ripple, Circle, BitGo, Paxos y Fidelity reciben aprobación condicional para operar bancos fiduciarios nacionales en EE. UU.
  • Las nuevas entidades podrán custodiar activos y liquidar pagos, pero sin recibir depósitos en efectivo ni otorgar préstamos.
  • El movimiento aviva la tensión entre la industria bancaria tradicional, el sector cripto y la agenda política de la administración de Donald Trump.

La regulación en Estados Unidos dio un giro relevante para el ecosistema cripto luego de que la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC, por sus siglas en inglés) otorgara aprobación preliminar a varias firmas de activos digitales para operar como bancos fiduciarios nacionales. La decisión apunta a profundizar la integración entre el sistema bancario federal y las empresas de criptomonedas, al tiempo que reaviva viejos recelos en la banca tradicional.

De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters, el regulador bancario concedió el viernes cartas fiduciarias nacionales condicionales a Circle y Ripple, dos de los nombres más reconocidos en el sector de pagos y servicios basados en blockchain. Además, la OCC aprobó de forma preliminar las solicitudes de BitGo, Paxos y Fidelity para convertir sus actuales licencias de bancos fiduciarios estatales en cartas nacionales.

Este cambio, aunque todavía sujeto a una aprobación final por parte del regulador, permitiría a estas compañías operar a escala nacional bajo un marco federal unificado. Para un público familiarizado con criptomonedas, el movimiento implica una posible reducción de fricciones regulatorias entre estados y una mayor claridad sobre qué normas rigen sus actividades de custodia y liquidación.

Sin embargo, la resolución también despierta nuevas discusiones sobre el riesgo sistémico y el trato regulatorio que reciben las plataformas cripto frente a los bancos tradicionales, lo que mantiene el debate en el centro de la agenda financiera y política estadounidense.

Qué aprobó exactamente la OCC y a quiénes beneficia

La OCC otorgó de manera condicional dos nuevas cartas de bancos fiduciarios nacionales específicamente para Circle y Ripple. Estas cartas abren la puerta para que ambas empresas gestionen y mantengan activos en nombre de sus clientes desde estructuras reguladas a nivel federal, en lugar de limitarse a marcos estatales fragmentados.

En paralelo, BitGo, Paxos y Fidelity obtuvieron la aprobación condicional para convertir sus actuales licencias de bancos fiduciarios estatales en cartas nacionales. En la práctica, ese cambio les permitiría ofrecer servicios de custodia y otros productos relacionados con activos digitales a clientes en todo Estados Unidos bajo una supervisión centralizada de la OCC.

El reporte de Reuters subraya que el regulador aún debe otorgar una aprobación definitiva antes de que cada banco fiduciario pueda comenzar a operar. Mientras tanto, las compañías se mantienen en una fase de cumplimiento de condiciones, que suele incluir requisitos de capital, gobernanza y controles de riesgo alineados con estándares bancarios.

Para el ecosistema cripto, estas aprobaciones preliminares son vistas como un paso clave hacia la normalización de modelos de negocio basados en blockchain, al permitir que actores consolidados como Ripple, Circle o Fidelity se integren de forma más directa en el sistema bancario federal.

Qué pueden hacer estos bancos fiduciarios cripto y qué no

La figura de banco fiduciario nacional tiene particularidades que vale la pena aclarar para lectores nuevos en el tema. A diferencia de un banco comercial tradicional, un banco fiduciario se enfoca principalmente en la custodia y administración de activos en nombre de terceros, no en la captación de depósitos o la originación de créditos.

Según la información divulgada por Reuters, las cartas de bancos fiduciarios nacionales permitirían a estas empresas gestionar y mantener activos en nombre de sus clientes. En el contexto cripto, eso se traduce en servicios de custodia para monedas digitales y tokens, además de la administración segura de claves privadas y la ejecución de transacciones.

Otro punto clave es la posibilidad de liquidar pagos con mayor rapidez. Ripple, Circle y otras compañías del sector se han posicionado como alternativas tecnológicas para agilizar transferencias transfronterizas y operaciones mayoristas, por lo que un marco bancario nacional podría facilitar la conexión directa con infraestructuras financieras existentes.

No obstante, estas cartas no habilitan a las empresas a recibir depósitos en efectivo ni a conceder préstamos. Esa limitación marca una diferencia central con la banca tradicional y busca acotar el tipo de riesgo que las entidades de activos digitales pueden asumir dentro del sistema financiero regulado.

Anchorage Digital y el contexto actual de bancos fiduciarios nacionales

Hasta el momento de la decisión, Anchorage Digital era la única empresa de activos digitales con una carta de banco fiduciario nacional en Estados Unidos. Su autorización se había convertido en un caso de referencia para el sector, al demostrar que la OCC estaba dispuesta a incorporar actores cripto dentro del perímetro bancario federal.

El reporte señala que la OCC supervisa actualmente un total de 60 bancos fiduciarios nacionales, una categoría que incluye tanto entidades tradicionales como plataformas centradas en activos digitales. Para la industria, la entrada de nuevos jugadores especializados en criptomonedas sugiere una diversificación en la oferta de servicios fiduciarios bajo regulación federal.

La afirmación del Contralor de la Moneda, Jonathan Gould, refuerza esta visión. El funcionario fue citado por Reuters diciendo que “nuevos entrantes en el sector bancario federal son buenos para los consumidores, la industria bancaria y la economía”. Esa postura interpreta la competencia como un motor de innovación y eficiencia.

Sin embargo, la inclusión de actores cripto en esa lista de “nuevos entrantes” también despierta cuestionamientos sobre si la infraestructura regulatoria actual es suficiente para manejar la volatilidad y particularidades tecnológicas de los activos digitales, un tema que seguirá siendo observado por reguladores y mercados.

Rechazo de la banca tradicional y temores de arbitraje regulatorio

A pesar del tono positivo de la OCC, la decisión no contó con el apoyo unánime del sector financiero. La industria bancaria tradicional había instado al regulador a rechazar varias de estas solicitudes, según recoge Reuters en su cobertura del anuncio.

El argumento central de los bancos era que las cartas fiduciarias nacionales permitirían a las empresas de criptomonedas “optar” por un régimen de regulación más ligero, en comparación con el entramado de normas que rige a los bancos comerciales con licencia para tomar depósitos y otorgar créditos.

Para los críticos, esa estructura podría generar arbitraje regulatorio, donde las entidades eligen el marco más conveniente en lugar del más robusto. Según ellos, esto elevaría el riesgo sistémico al permitir que plataformas con exposición a la volatilidad cripto operen dentro del perímetro bancario sin cumplir exactamente las mismas obligaciones que los jugadores tradicionales.

Los defensores de las nuevas cartas argumentan que los bancos fiduciarios nacionales se enfocan en servicios de custodia y administración de activos, no en actividades típicas de intermediación crediticia. Esa diferencia de modelo, según esa visión, amerita un tratamiento regulatorio distinto que no necesariamente supone una relajación de estándares de supervisión.

El giro político de Donald Trump sobre las criptomonedas

La aprobación preliminar de estas cartas llega en un momento en que la política hacia las criptomonedas en Estados Unidos vive un proceso de redefinición. De acuerdo con el reporte citado, el presidente Donald Trump ha buscado reformar ampliamente las políticas cripto del país después de cortejar fondos de la industria durante la campaña electoral.

Ese contexto político sugiere que las decisiones regulatorias sobre criptomonedas y bancos fiduciarios nacionales no se dan en el vacío, sino en medio de debates sobre competitividad, innovación y financiamiento electoral. La visión de la Casa Blanca influye en el tono general de los reguladores, incluso cuando estos conservan autonomía técnica.

Para los inversionistas y empresas del sector, una agenda más favorable a la innovación en activos digitales podría traducirse en reglas de juego más claras y en una apertura mayor para productos financieros basados en blockchain. Sin embargo, también implica el riesgo de una polarización política, donde el enfoque regulatorio cambie con cada ciclo electoral.

En ese escenario, movimientos como el de la OCC pueden verse como parte de una tendencia más amplia para dar cabida a las criptomonedas dentro de la infraestructura financiera de Estados Unidos, al tiempo que se intenta mantener controles prudenciales sobre riesgos operativos y de mercado.

Implicaciones para el ecosistema cripto y el sistema bancario

Para los usuarios de criptomonedas, la posible operación de bancos fiduciarios nacionales controlados por firmas como Ripple, Circle, BitGo, Paxos y Fidelity podría significar servicios de custodia más regulados y potencialmente más seguros. Ello podría atraer a inversionistas institucionales que requieren marcos normativos claros para operar con activos digitales.

Al mismo tiempo, la integración de estas empresas en el sistema bancario federal podría acelerar el desarrollo de soluciones de pagos más rápidas y eficientes. La capacidad de liquidar pagos con mayor velocidad y bajo estándares bancarios reconocidos puede favorecer la adopción de criptomonedas y stablecoins en operaciones mayoristas y minoristas.

Para la banca tradicional, la entrada de nuevos competidores bajo la forma de bancos fiduciarios nacionales digitales representa un desafío estratégico. Las entidades financieras deberán decidir si compiten directamente en este espacio, si profundizan alianzas con plataformas cripto o si continúan presionando por reglas más estrictas para nivelar el terreno de juego.

Aunque la aprobación de la OCC es, por ahora, condicional, el rumbo parece inclinarse hacia una convivencia cada vez más estrecha entre finanzas tradicionales y activos digitales. El desenlace dependerá de cómo se estructuren las aprobaciones finales, los requisitos prudenciales y la capacidad de las empresas cripto para adaptarse a estándares bancarios exigentes.


Imagen original de DiarioBitcoin, creada con inteligencia artificial, de uso libre, licenciada bajo Dominio Público.

Este artículo fue escrito por un redactor de contenido de IA y revisado por un editor humano para garantizar calidad y precisión.


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