Por David Datica  

Entre controles cambiarios y una economía decadente, Bitcoin se perfila cada día más como una alternativa financiera para los venezolanos. Presentamos el testimonio publicado por el medio digital CryptoHustle sobre un joven que logra superar el día a día gracias a Bitcoin.

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Mi nombre es Álvaro y soy de Venezuela. A pesar de ser un país petrolero con muchísimos recursos naturales, nuestra situación actual es crítica y afecta a todos los habitantes. La población intenta cada día sobrevivir al doloroso escenario que ha creado nuestro gobierno.

Gracias a la crisis económica y social de la última década, muchos individuos -entre ellos profesionales de alto nivel- han migrado del país en busca de mejores oportunidades. En mi caso, he decidido permanecer en mi país y una de las razones principales es mi familia. Mis padres son personas mayores, me lo han dado todo en la vida y considero que hace falta bastante unión familiar para superar las dificultades que atravesamos. Es difícil encontrar medicinas para los tratamientos debido a la escasez, lidiar con la delincuencia que acecha constantemente y con la hiperinflación que golpea nuestras finanzas, solo por nombrar algunas de las dificultades de la vida diaria en Venezuela.

Por esto decidí buscar un trabajo alternativo que me permitiera alimentar a mi familia, dado que el salario de un profesional promedio, como yo, ronda los 50 dólares al mes. Esto no alcanza para nuestras necesidades básicas. En el año 2014, empecé a investigar negocios online que me generaran algo de dinero extra, de modo que entré en el mundo del PTC (pago por clic). Algunos de estos negocios pagaban bien, pero surgió un obstáculo: no podía recibir y convertir mis ganancias. Sin tener acceso a una cuenta bancaria en dólares o una cuenta PayPal, era muy difícil transformarlos en bolívares. Todo esto es por causa del control de capitales regulado por el gobierno, y las barreras que coloca para comprar o intercambiar dólares a un precio justo, teniendo que recurrir al mercado negro para comprar divisas extranjeras exponiéndote a fraudes o a problemas legales.

Después de días investigando encontré una respuesta a mi dilema. Algunas de estas páginas también ofrecían pagos en Bitcoin, y desde luego que no sabía lo que esto era. Pensé que se trataba de otro procesador de pagos más, ignorando el potencial del mundo de las criptomonedas para esquivar la necesidad de una cuenta bancaria extranjera, una tarjeta de crédito, o temor a ser embaucado por un tercero. La convertibilidad de BTC me permitió pagar las cuentas en mi vida cotidiana y me protegió de la devaluación y la hiperinflación. Además me permitió comprar a través de Internet productos que no se consiguen en mi país.

Por supuesto que al principio no fue sencillo entender cómo funcionaba el sistema. Comencé abriendo mi primera cartera BTC con Electrum (con mi Internet tercermundista, ¡descargar todo Blockchain me hubiera tomado la vida!). Luego abrí una cuenta en Localbitcoins donde pude convertir a bolívares. Después de un tiempo logré convertir todos mis ingresos a BTC, incluyendo algunas pertenencias personales y, a pesar de que los negocios de PTC no son sostenibles a la larga, lo mejor que me pudo pasar fue encontrar esta moneda que me dio la libertad y el poder sobre mis finanzas personales. Después de todo, mi familia depende de ello.

Todo esto no era más que el preámbulo al mundo del intercambio. Un día me di cuenta de que el valor de mis BTC se había duplicado de 300 dólares a 600 dólares (no había revisado en meses). ¿Qué haría si el valor de BTC se elevara de nuevo? ¿Había una forma de cubrirme en caso de que bajase? Entonces encontré una manera: los intercambios. Estos me permitían cambiarlos a dólares cuando hiciese falta sin necesidad de una cuenta bancaria, permitiéndome mantener el valor de mi trabajo en momentos de volatilidad.

Y si bien no están libres de riesgo, creo que las oportunidades que ofrece Bitcoin a las personas como yo, que viven en países inmensamente regulados, en situaciones económicas desfavorables, superan por mucho los riesgos inherentes del Bitcoin y la necesidad del conocimiento para trabajar con ellas. A fin de cuentas, Bitcoin ha sido el salvavidas para venezolanos como yo que intentan preservar el esfuerzo de nuestro trabajo, y como alternativa a nuestro sistema financiero regulado, dándole a las personas la oportunidad de seguir viviendo en este hermoso país y de seguir luchando para sobrevivir sin rendirnos y seguir adelante en nuestra tierra natal.

Aunque la economía local esté suprimida y suframos de controles cambiarios, soy capaz de hacer dinero trabajando en línea y recibiendo mi pago en bitcoins.

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Fuente: CryptoHustle

Traducido por David Datica para DiarioBitcoin

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