Por Gustavo López  

Bloom es un ecosistema diseñado para que los prestamistas puedan migrar a la cadena de bloques.

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Nuestra sociedad ha evolucionado de forma muy positiva. Hoy en día disfrutamos de una esperanza de vida más larga, un acceso de notable alcance a la educación y un mundo que pese a sus conflictos es, sin duda, más pacífico que en épocas pasadas.

Sin embargo, es un hecho que la movilidad social sigue estancada: 3.000 millones de personas no tienen posibilidades de acceder a los servicios básicos de crédito, y menos del 9% de los ciudadanos piden préstamos a instituciones financieras en economías de desarrollo.

En muchos países, generaciones de personas viven bajo las directrices de un oscuro submundo de préstamos ilegales; es decir, una pseudo economía dirigida por gánsteres y estafadores. Para estas personas, la idea de adquirir crédito suficiente para comprar una casa, un vehículo o iniciar un negocio propio, tan simple como que es un sueño de proporciones épicas.

En países ricos y pobres, el acceso al crédito supone una piedra angular necesaria para la movilidad de la sociedad. Sin importar la edad, el género, el idioma o la nación de origen, el crédito es la clave para impulsar la prosperidad… Desde una pareja de recién casados que buscan comprar su primera casa, a un aspirante a empresario que desea empezar con un pequeño negocio, cada persona necesita una entrada a la inclusión y libertad financiera.

El impacto del crédito

Los temas crediticios no sólo se limitan a los proyectos económicos que están en desarrollo. Y es que el 90% de los préstamos emitidos en los Estados Unidos son calificados por FICO –una compañía para el análisis de datos que tiene su sede en California, enfocada en el puntaje a servicios de crédito–, lo que, pese a la importancia de este mercado, deja a más de 45 millones de estadounidenses sin calificación de crédito.

En los Estados Unidos, el país cuya economía es la más sólida y desarrollada del planeta, a millones de prestatarios responsables se les niega el derecho a tener un hogar, empezar con un negocio o alcanzar la estabilidad financiera, todo gracias a las limitaciones impuestas por las organizaciones centrales.

Así pues, el problema del crédito plantea una situación bastante interesante, en vista de que involucra un mercado de lo más desigual; pese a que estas falencias se traducen en el despilfarro de miles de millones, al final del día nadie cuestiona el status quo del crédito. En un mundo de globalización –un proceso de integración mundial entre distintos ámbitos, como la política, la tecnología y el área cultural–, la industria que nos ocupa está lejos de ser global.

En resumen:

  • Una persona no debería tener que reconstruir su crédito desde 0 cuando se muda a un nuevo país.
  • Miles de millones de personas en todo el mundo no deberían verse obligadas a tomar prestamos peligrosos e informales.
  • Su puntaje crediticio no debería disminuir porque un prestamista influya en ello.
  • 45 millones de estadounidenses no deben ser privados de su derecho a adquirir una casa o a iniciar un negocio.
  • Los prestatarios responsables no deberían tener que asumir deudas de alto interés para ser considerados “de buen riesgo”.
  • Las personas financieramente estables no deberían verse penalizadas al optar por un camino libre de deudas y no usar tarjetas de crédito.
  • 3 mil millones de personas en todo el mundo merecen tener acceso a los servicios básicos de crédito.

Los problemas crediticios se traducen en un conflicto artificial, y algunas personas ya están cansadas de simplemente escuchar: “así es como funciona todo” cuando se trata de discutir el estado actual de los préstamos. En un mundo donde las soluciones tecnológicas son cada vez más novedosas, numerosos desarrolladores dan un paso al frente con iniciativas que ofrecen respuestas a varios dilemas. En el ámbito crediticio, Bloom es una de ellas.

Construido sobre Ethereum y IPFS, Bloom trae el crédito a la edad moderna con un protocolo de extremo a extremo para la verificación de identidad, la evaluación de riesgos y la puntuación de crédito, basado en la cadena de bloques.

Bloom es un ecosistema estandarizado y programable, que busca facilitar el acceso a los servicios crediticios. Se trata de una herramienta que ofrece soluciones para la calificación del crédito transfronterizo y el fraude de identidad, al mismo tiempo que amplía los servicios globales a 3 mil millones de nuevos individuos, mejorando la metodología de calificación para 7 mil millones de personas.

Por ende, desde los proveedores de hipotecas hasta las empresas de créditos locales, los prestamistas de todo el mundo podrán aprovechar una base de datos mucho más amplia y aumentar el mercado a tres mil millones de nuevos usuarios. Los responsables del proyecto cuentan con años de experiencia en el área de la identidad y ciencias probabilísticas, entre los que destacan importantes trabajos realizados en la Universidad de Stanford.

NOTA DEL EDITOR: DiarioBitcoin no ha utilizado los servicios de Bloom ni tiene relación comercial con la empresa. 

Fuente: HelloBloom.io.

Traducción de Gustavo López para Diario Bitcoin.

Imagen de Pixabay

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