Por Gabriela Camero  

El siguiente artículo de opinión fue escrito por John Biggs, quien reside en Nueva York. Después de pasar años como programador, decidió convertirse en un periodista a tiempo completo. Su trabajo ha aparecido en publicaciones tales como New York Times,  Gizmodo y Men’s Health. Es editor de TechCrunch y CEO de la compañía Bitcoin Freemit.

Antes lee la primera parte.

En mi etapa como emprendedor de Bitcoin, he notado un cierto malestar creciente en el grupo de inversores.

Ellos han conocido a demasiados nuevos Jeremías, con los ojos abiertos y frescos en medio de un desierto, con un plan fantástico para llenar nuestro ADN de la tecnología blockchain.

Han visto que estas inversiones se estrellan más rápido que HSBC después de otro escándalo. Ellos han tenido malas experiencias de parte de estos chicos capaces de escribir un código bancario en PHP y alojarlo en un servidor público. Ahora, ellos están haciendo algunas diligencias técnicas y están dando más objeciones a cada reclamo.

Pero hay algo que recordar en cada escenario de inversión. Las objeciones son una señal de compra. Di lo que quieras sobre personas miopes que viven en el pasado: los inversores saben que algo se está gestando.

En 1995, ibas a pasar un mal rato convenciendo a alguien que el email era una herramienta asombrosa, en una forma parecida a como los científicos se dicen el uno al otro en qué punto colocar un telescopio gigante en Perú.

Luego vino Hotmail y la utilidad del email se volvió obvia. Lo mismo pasó con cada tecnología compleja: las objeciones mueren cuando la tecnología se convierte en un ruido constante en el día a día.

Así que déjalos aullar. Déjalos gritar. Déjalos decir que estás haciendo algo malo. Ninguna de sus objeciones es real.

Ellos están tratando simplemente de erizar tus cabellos, de conseguir una reacción, de meterte en una pelea. Pero esta pelea está terminada. Bitcoin está casi inmerso en cada banco y hay inversores que están dispuestos a involucrarse en un producto real.

Así es: La idea no va a caer del cielo. Tienes que crearla. Pero una vez que la crees, ellos vendrán.

Y así como avanzamos, encontraremos nuevos problemas que resolver y nuevos negocios que construir. Es inevitable. Hace 18 años recuerdo estar sentado en un avión, escuchando a un chico que necesitaba millones de dólares para sacar un website para una sala de cine.

Ahora, gracias a Linux y a mucho trabajo en el frente, esa sala de cine puede usar Squarespace. Será muchísimo más fácil usar el Internet del Dinero de manera tan fácil como lo es usar el Internet en sí mismo.

Requiere un tiempo y se necesita una concentración tranquila. Y, eventualmente, veremos que las personas que más hablan de un futuro sombrío para Bitcoin, serán quienes más lo usen.

Fuente: CoinDesk

ADVERTENCIA: Este es un artículo de carácter informativo. DiarioBitcoin es un medio de comunicación, no promociona, respalda ni recomienda ninguna inversión en particular. Vale señalar que las inversiones en criptoactivos no están reguladas en algunos países. Pueden no ser apropiadas para inversores minoristas, pues se podría perder el monto total invertido. Consulte las leyes de su país antes de invertir.