Por Angel Di Matteo   @shadowargel


Esta segunda parte aborda los cambios hechos a Bitcoin (BTC) a lo largo de su historia, así como las implicaciones que tendrían futuras modificaciones en aspectos fundamentales.

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En el artículo anterior repasamos las principales características del protocolo de la moneda digital y los problemas asociados con estas en la actualidad. A continuación revisamos los distintos cambios por los que pasó Bitcoin (BTC) en su historia y las implicaciones que podría tener hacer modificaciones en el momento actual para solventar inconvenientes asociados con la minería y/o la cantidad de activos existentes.

¿Es posible hacer cambios al protocolo?

Si bien muchas personas defienden que el verdadero potencial de Bitcoin está garantizado gracias a sus propiedades, el protocolo está basado en un mecanismo de gobernanza que permite hacer cambios a la red, siempre que la comunidad esté de acuerdo con dicha propuesta.

Por ende, cualquier persona y/u organización puede diseñar propuestas en código que doten a la red de mejoras operativas que optimicen su funcionamiento, por lo que aspectos como el algoritmo de consenso, cantidad de bitcoins existentes y margen de recompensas para la comunidad minera podrían modificarse, en tanto esto sea presentado a la comunidad, auditado por equipos de programadores y finalmente aceptado por la mayoría de los miembros del ecosisitema minero al instalar esta nueva versión en sus nodos.

El procedimiento para llevar a cabo cambios de esta naturaleza es conocido como Fork, término empleado para referirse a actualizaciones importantes a nivel de código en la red, los cuales pueden ser de dos tipos:

  • Soft Fork: Actualización que no supone una incompatibilidad con la versión previa de la red. Generalmente esta aplica para cambios pequeños que pulen pequeñas fallas o errores presentes en el código.
  • Hard Fork: Modificación importante que supone diferencias radicales con la versión previa de la red. Aquí la comunidad debe decidir si respaldar los nuevos cambios propuestos, o por el contrario mantenerse prestando sus servicios para la red original.

A lo largo de la historia de Bitcoin, la moneda digital pasó por distintas actualizaciones para corregir aspectos relacionados con su funcionamiento. Sin embargo, cada uno de estos cambios implicó ciertas dificultades para el ecosistema.

¿Qué pasó en otras oportunidades?

El primer Fork públicamente visto en la red Bitcoin tuvo lugar en el año 2010, y tuvo lugar para corregir un fallo presente en uno de los bloques que posibilitaba generar una cantidad ilimitada de nuevos activos BTC. Dado que para ese momento la red no gozaba de gran cantidad de usuarios, todos aceptaron hacer una modificación a la red Blockchain para desconocer dicho bloque.

Otro Fork en la red de la moneda digital tuvo lugar al implementar la versión 0,8 de la misma en 2013. Esto generó incompatibilidad con las versiones previas, pero el problema fue resuelto en un lapso no mayor de tres horas, y se contó con el apoyo de todos los miembros de la comunidad minera para solventar este inconveniente.

Polémica en torno al tamaño de los bloques

Pero el Fork más polémico para la red Bitcoin tuvo lugar el 1ro de agosto de 2017, el cual derivó en el nacimiento de Bitcoin Cash a la par que se implementó una actualización importante para optimizar el funcionamiento de la red Bitcoin.

La necesidad de pensar en un cambio operativo a gran escala para la red surgió desde 2014, cuando los usuarios de la moneda digital comenzaron a experimentar cierta congestión al realizar sus transacciones, lo cual a su vez derivó en un aumento en el margen de comisiones asociado con cada operación para garantizar su ejecución.

Con el paso de los meses el problema fue empeorando, y esto supuso la necesidad de aumentar el tamaño de los bloques de transacciones, propuesta respaldada por muchas personalidades del ecosistema, ya que el mismo estaba fijo en 1 MB desde sus comienzos y ya no se ajustaba con las necesidades actuales.

Debates y el nacimiento de Bitcoin Cash

Para solventar ese problema, varios equipos presentaron sus propuestas en código ante la comunidad y el debate se extendió por casi dos años, en los que hubo fuertes discusiones para lograr cierto acuerdo entre los votantes sobre cuál era la mejor manera de abordar el problema del espacio de los bloques.

Sin embargo, para 2017 la comunidad centró el debate principalmente entre dos propuestas:

  • Bitcoin Classic: Alternativa que proponía un aumento en el tamaño del bloque a 2 MB, la cual contaba con el apoyo del 75% de la comunidad minera. Esta posteriormente abriría espacio para la implementación de SegWit y soluciones de segunda capa como Lightning Network.
  • Bitcoin Unlimited: Solución que proponía permitir a los mineros aumentar manualmente el límite del tamaño del bloque a libre criterio. Sin embargo, la falta de unicidad en los criterios adoptados por los validadores podría suponer inconvenientes para la operatividad de la red, derivando posteriormente en la idea que daría más forma a la concepción de Bitcoin Cash.

Al final, contando con estas dos propuestas (2 MB + SegWit vs 8 MB + escalabilidad), la comunidad llevó a cabo un tenso proceso de votación el día 31 de julio. Esto derivó en cambios estructurales para el protocolo Bitcoin al aumentar el tamaño de sus bloques, pero por otro lado también conllevó el nacimiento de otra moneda conocida como Bitcoin Cash, la cual buscaba ajustarse más a la visión originalmente propuesta por Satoshi Nakamoto para un sistema de pagos P2P.

Entonces, ¿será conveniente hacer cambios al funcionamiento de Bitcoin?

Dejando claro que “si” es posible realizar cambios operativos al protocolo Bitcoin, solo quedaría considerar la pertinencia de llevar a cabo modificaciones en aspectos que pueden ser un problema para la comunidad, destacando especialmente las repercusiones que podría tener para su futuro si el resultado final se aleja mucho de la idea original de la moneda digital

Dificultad para lograr un consenso

Como ya quedó reflejado, Bitcoin tiene como principal característica su carácter descentralizado y el fuerte respaldo comunitario presente entre los miembros del ecosistema. Por ende, cualquier clase de cambio que deba hacerse al protocolo de la moneda digital pasa por un riguroso proceso de auditoría y estudio, y posteriormente llega a la comunidad para su debate.

El gran inconveniente desde esta perspectiva tiene que ver con lo lento y tedioso que resulta este proceso por las diferencias que podría desencadenar en el seno de la comunidad. Aunque se hable sobre cambios que resuelvan problemas para el futuro de la moneda digital, las diferencias de opiniones en relación con las posibles soluciones podría prestarse para acalorados debates, dilatando su implementación en caso de ser muy necesaria, tal como ocurrió en la disyuntiva entre Bitcoin Classic y Bitcoin Unlimited.

Riesgo para el futuro de Bitcoin

Pero el mayor riesgo para muchos analistas tiene que ver principalmente con que los cambios que puedan venir a lugar para la moneda digital le alejen de su misión / visión original.

Tomemos por ejemplo la propuesta de aumentar el máximo de BTC producidos por la red en unos 23 millones de unidades. Un cambio de esta naturaleza podría romper con los principios deflacionarios originalmente establecidos, comprometiendo su potencial como activo de valor.

Pero el efecto más perjudicial tendría que ver con la pérdida de la confianza de los usuarios e inversionistas, ya que quienes no estén de acuerdo con esta u otras medidas podrían sentirse defraudados, y en consecuencia dejar de apoyar el proyecto cesando actividades mineras, intercambiar sus BTC por otros activos o convirtiéndose en críticos activos del proyecto.

¿Serán necesarios cambios en el futuro?

La tecnología en la que se basa Bitcoin sigue probando ser muy segura y mantener un sólido sistema de gobernanza, pero los constantes avances demandan que la red se actualice en los próximos años, especialmente de cara a los problemas de consumo eléctrico y las posibilidades que trae consigo la computación cuántica.

Si bien de momento es incierto contemplar cuales serán los próximos cambios propuestos para Bitcoin y si estos tendrán cabida, la decisión sobre el destino de la moneda digital recaerá en manos de la comunidad, siendo esta quien se decantará por qué considere sea más provechoso para el presente y el futuro del proyecto.


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Artículo de Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

Imagen de Pixabay

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