Por Gabriela Camero  

En 1988, el New York Times reportó una amenaza tecnológica que estaba expandiéndose por las escuelas de los Estados Unidos. ¿Cuál era esta amenaza? Beepers, un dispositivo localizador. Los oficiales de las escuelas estaban consternados por el uso de estos dispositivos por parte de los estudiantes debido que, en ese entonces, los beepers eran usados especialmente por los vendedores de drogas.

Uno de los oficiales expresó “No puedo pensar en una razón, que no sea una emergencia médica especial, para que los estudiantes lleven consigo beepers”.

drugs-908533_1920-300x200Por supuesto, estos dispositivos fueron utilizados por otras personas aparte de vendedores de drogas, como doctores, administradores, e incluso oficiales de escuela, antes de que fueran reemplazados eventualmente por los teléfonos celulares. Pero antes de esto, en 1988, muchos eran incapaces de ver algún uso legítimo de esta nueva tecnología, así que reaccionaron como cada oficial ha reaccionado desde tiempos inmemoriales: buscaron prohibirlo. Hoy en día vemos una postura parecida con Bitcoin.

Frecuentemente, la mayoría de las nuevas tecnologías son usadas en actividades criminales, antes de que su uso se vuelva generalizado. Los ejemplos abundan. En 1998, el Comité Nacional de Justicia Penal publicó una nota en donde señalaba que las organizaciones de tráfico de droga superaban las capacidades de las fuerzas de la ley, debido a que tenían acceso a mejores tecnologías. “Email, Internet, y comunicaciones por celulares hacen que las transacciones ilegales sean difíciles de rastrear”. Recientemente, los delincuentes están usando la tecnología drone. Bitcoin está siguiente este patrón: Silk Road fue uno de los sitios donde Bitcoin fue usado extensivamente, y ahora ISIS está siendo acusada de mantener fondos en Bitcoin (aunque todavía no se ha comprobado nada).

¿Por qué los criminales son quienes adoptan estas tecnologías? Se debe al libre mercado. Por definición, los delincuentes no tienen lazos con las leyes, y son los que buscan pasar por encima de las instituciones y del sistema establecido. Cualquier tecnología que sea útil, será empleada por ellos. Si los beepers les permiten a los vendedores de droga actuar con mayor eficacia, entonces usarán beepers. Si los correos electrónicos les permitirán a los delincuentes comunicarse mejor, usarán correos electrónicos. Si Bitcoin es la mejor manera de usar y transferir fondos, entonces usarán Bitcoin. Pero la adopción de las nuevas tecnologías por parte de los criminales, no condena a estas tecnologías, sino que muestra su eficacia.

man-791049_1920-300x200Desafortunadamente, el uso delictivo de estas tecnologías ha originado que los gobiernos intenten prohibir la tecnología en cuestión, como vimos con el ejemplo de los oficiales escolares en 1988 y las autoridades hoy en día con Bitcoin. Pero hemos aprendido la futilidad de esta reacción. En vez de intentar prohibir estas tecnologías, la sociedad debería encontrar maneras de animar a los ciudadanos a usarlas. Porque, si se prohíbe una tecnología nueva que puede ser útil más allá del plano delictivo, los únicos perjudicados serán los ciudadanos apegados a la ley. Imaginemos un mundo sonde los teléfonos celulares, el Internet y Bitcoin estén prohibidos, solo disfrutarían los beneficios de estas tecnologías aquellos que buscan romper la ley.

La adopción de esta tecnología por parte de delincuentes solo demuestra la efectividad y utilidad de estas innovaciones. Porque ¿por qué alguien que no está directamente relacionado la escogería si fuera inefectiva y problemática? Los criminales usaran los medios que mejor trabajen. El uso del Bitcoin por su parte es un ejemplo del poder que tiene para transformar el mundo financiero.

Fuente: news.bitcoin

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