Por Angel Di Matteo   @shadowargel

El profesor de la Universidad Nacional de Colombia compartió sus reflexiones sobre la evolución de la Inteligencia Artificial a lo largo de los años, y sobre cómo esta comienza a superar el potencial de las personas reflexionando sobre si la inteligencia en sí es algo que solo puede ser asociado con los seres humanos.

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Esta semana se llevó a cabo en el auditorio de Corferias el foro “Retos del Desarrollo en la Cuarta Revolución Industrial”, iniciativa realizada en el marco de la edición 32 de la Feria Internacional de Bogotá en la cual distintos expertos plantearon sus perspectivas sobre el futuro del país de cara a la incidencia de las nuevas tecnologías.

Una de las conferencias fue dictada por el profesor Carlos Patiño, profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia. Con el título “El sentido de lo humano en la era de la inteligencia artificial”, en la ponencia se evaluó cuánto ha evolucionado el potencial de las máquinas para la resolución de problemas y la toma de decisiones de forma autónoma, y cómo todos estos avances ponen sobre la mesa la necesidad de cuestionar si esto obedece a algo netamente característico de la Humanidad.

Bien sabemos que cada vez Blockchain y la Inteligencia Artificial se dan la mano, por eso estas reflexiones son relevantes para los interesados en los potenciales de las nuevas tecnologías.

Patiño abrió su presentación evaluando los grandes avances que ha mostrado la Humanidad en el desarrollo de las nuevas tecnologías y cómo estas cada vez están más inmersas en nuestro día a día, cobrando especial importancia el hecho de abocar recursos para capacitar a las personas en el manejo de estos nuevos avances. Esto plantea una disyuntiva, ya que si las ciencias tecnológicas están marcando la pauta para el avance de las sociedades, entonces ¿todavía tiene sentido seguir estudiando Humanidades? Aquí se citó el caso de algunas casas de estudio japonesas, las cuales ya han decidido retirar estos contenidos de sus ofertas académicas por no considerarles trascendentales.

Lo antes mencionado lleva a mirar los cambios que ha sufrido la sociedad en base a la incidencia de las nuevas tecnologías, por lo que surge la necesidad de estudiar a los sujetos contemporáneos y, en especial, cómo interactúan entre sí mismos hoy día (comunicación instantánea a distancia).

Hablando más concretamente sobre la Inteligencia Artificial (IA), Patiño compartió algunas definiciones manejadas por los autores Nick Bostrom y Max Tegmark, las cuales resultan muy pertinentes a la hora de acercarse a este tema. En primer lugar definió a la inteligencia como la capacidad de lograr objetivos complejos, entendiendo la de tipo artificial como la no biológica, y diferenció la inteligencia estrecha de la general indicando que la primera se centra en un conjunto limitado de objetivos mientas la otra abarca un espectro mucho más general.

En este orden de ideas, estableció una comparativa entre los distintos niveles de IA con respecto a los de los seres humanos (ligeramente por debajo, equiparable y superior) y destacó que la antropomorfización de la tecnología ha permitido que los robots ahora puedan almacenar información, aprender de ella y tomar decisiones más rápido que las personas, incluso superando la perspectiva del aprendizaje infantil propuesta por Touring en su momento.

Patiño citó algunos casos para mostrar lo rápido que se ha avanzado en esta materia:

  • En 2014, un sistema de IA pasó de reconocer a describir el contenido de una serie de imágenes interpretando lo que veía.
  • En 2015, el robot Deepmind jugó por primera vez una serie de juegos de pc contra personas reales y las venció en cada uno de ellos. Mostró niveles de aprendizaje muy elevados y diseñó estrategias de acción muy elaboradas.
  • En 2017, el robot AlphaGo derrotó tres veces consecutivas al campeón mundial de Go.

Estos hechos llevan a pensar que ya la inteligencia no requiere de un soporte biológico, por los momentos es de tipo estrecha y el camino está abierto para que esto evolucione con nuevos aportes.

Presencia de la IA en nuestra vida

Si bien lo antes mencionado puede parecer ajeno a nuestro día a día, Patiño destacó que la IA está presente en muchos aspectos cotidianos como en la captación de datos y la intercomunicación entre computadores de distinta escala, lo cual ha generado en los seres una mayor dependencia hacia sus dispositivos.

Este intercambio constante de información y el análisis de esta data ha permitido a los computadores tomar decisiones trascendentales sobre nuestros actos, dependiendo siempre del nivel de confianza que tengamos en ellos en contraposición a nuestras propias experiencias (tomando como ejemplo la popular aplicación para el tráfico Waze). Naciones como China han llevado esto a tal extremo, que el Estado tiene la primera dictadura digital en la que la reputación en redes sociales posibilita o restringe el acceso a los ciudadanos a ciertos servicios, de forma muy similar a como ocurre en un episodio de la popular serie de Netflix “Black Mirror”.

Para concluir, Patiño invitó a considerar que Google es el primer programa de IA presente en nuestras vidas, al punto que ya nos puede recomendar cosas en las búsquedas que probablemente deseemos pero de las cuales no seamos conscientes. También destacó que los organismos de inteligencia hacen uso de la IA para hacer espionaje en redes sociales y que el Internet de las Cosas hoy sirve como soporte para para la memoria humana a través de la interconexión de los distintos dispositivos en los que almacenamos información.

Finalmente, el profesor de la Universidad Nacional de Colombia indicó que hasta ahora las únicas cosas que escapan de momento a la IA tienen que ver con las decisiones basadas en el ámbito moral, aquellas que obedezcan netamente a una perspectiva humana, así como aspectos asociados con los errores y la intuición.

Artículo e imágenes de Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

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