Por Robert Hazlitt  

Un nuevo mercado en el último horizonte: el espacio. En él se pueden establecer cadenas de información, de ventas de servicios, comunicaciones, de rastreo y exploración que dan paso a reflexiones acerca de la mejor manera de utilizar este nuevo lugar de encuentro mercantil, informativo y comunicativo. Su potencial para el progreso se perfila grande, pero directamente proporcional a su potencial para las afrentas éticas

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Recapitulando, en las dos secciones anteriores hablamos sobre la constitución de un mercado, económico, informativo y comunicativo en el espacio, gracias a las innovaciones en aplicaciones de protocolos físicos, así como en el desarrollo de nano satélites, los cuales pueden configurar una red de conexión, de intercambio de información. En ese contexto, Blockchain aparecía como una pieza clave para el posible almacenamiento de esa información, con transparencia y mayor seguridad.

Las posibles ventajas que ofrece este nuevo horizonte van desde el registro de información personal y mercantil, de transacciones, aseguradas en una red impenetrable y de gran envergadura. También el registro, supervisión y análisis de situaciones terrestres, como los cambios climáticos, lo cual podría permitir a pequeños empresarios tomar mejores decisiones comerciales y entrar en un mercado más justo o, por lo menos, con mejores oportunidades y mayores facilidades. Sería un sistema que podría empoderar a los menos afortunados, al no solo dar ventajas comerciales, sino educativas, informativas y de interrelación.

A continuación, presentamos la parte menos brillante: los retos para alcanzar ese nuevo espacio artificial y los puntos que se deben tomar en consideración para mantener un sociedad en la cual la privacidad aún tenga valor y sea respetada, y no se transgredan principio éticos que atenten contra la sociedad mundial.

¿La Tierra se pertenece?

Este “digital twin“, que es la suma total de todos los datos en tiempo real sobre todo, desde biosferas en peligro de extinción hasta migraciones de animales y contaminación del aire, puede analizarse mediante algoritmos de inteligencia artificial para identificar amenazas a la integridad de la Tierra y desencadenar contramedidas.

Asumir un trabajo importante como la protección del planeta plantea la cuestión de quién posee los datos sobre el planeta y, aún más fundamentalmente, a quién pertenece el planeta mismo. ¿Es propiedad de unos cuantos seres humanos ricos, democráticamente escogidos por todos los seres humanos, o tal vez pertenecerá a una comunidad facilitada por una economía compartida basada en el espacio y mecanismos de seguridad tales como Blockchains? Incluso, ¿podría el planeta propio y ejercer su interés en proteger a todos los organismos vivos? ¿Es posible?

En un modelo de este tipo, un digital twin con auto-propiedad “que comprende todos los datos en tiempo real sobre el mundo físico” o incluso una organización autónoma descentralizada guiada por la inteligencia artificial podría vender datos sobre sí mismo y utilizar los ingresos para mantener la infraestructura espacial y pagar por medidas para proteger el medio ambiente de la Tierra. Nueva Zelanda ya está experimentando con este concepto, dando a un ex parque nacional el estatus de persona, lo que permite (entre otras cosas) demandas para proteger a la Tierra sin tener que hacer daño a nadie.

Desafíos

Creemos en el potencial de transformación de la economía compartida en el espacio, y que alguna versión de ella surgirá, y tal vez antes de lo que pensamos. Sin embargo, eso no significa que su éxito sea seguro o que sus beneficios sean equitativamente compartidos.

Entre los desafíos que se deben cumplir están la protección de la privacidad de aquellos que no quieren que sus actividades personales o comerciales sean rastreadas, así como evitar el uso indebido de esa información sin su permiso. Esto puede requerir una opción de “opting out” en bases de datos (Blockchain), tales como registros de uso de la tierra, utilizando Blockchains para asegurar a los ciudadanos que sus registros han sido purgados o no almacenados en el digital twin, el cual, además, debe ser, como ya dijimos, comúnmente accesible. Otro reto es el seguimiento, control y desmantelamiento de los nanosatélites para evitar lo que supone una amenaza para otros satélites o para los que están en el terreno cuando abandonan la órbita, también se debe evaluar su uso con fines criminales o terroristas.

Muchos están creando una administración práctica y viable para la regulación de mercados de servicios o datos, y desarrollando y probando las capacidades de seguridad de Blockchain. Esto incluye estándares comunes y acordados para su uso y para la resolución de disputas y la recuperación de pérdidas en caso de violación de la seguridad de la cadena de bloques.

Con estos desafíos en mente, el gobierno y los líderes empresariales deben comenzar discusiones detalladas ahora sobre:

  •  Cómo regular esta infraestructura para evitar su uso indebido por gobiernos, empresas, criminales y / o terroristas sin sofocar la innovación.
  • Cuándo y cómo eliminar las barreras actuales de despliegue de nanosat, tales como altas tarifas de licencias y otros requerimientos de capital / financiación, y exigir que el operador proporcione indemnización por daños y perjuicios más allá de lo proporcionado por el socio de lanzamiento.
  • ¿Qué tipo de financiamiento (financiamiento de multitudes, inversión privada, subsidios gubernamentales) podría y debería permitir o fomentar diversas actividades en la economía compartida en el espacio.
  • Quién debe poseer los datos y los análisis resultantes y cómo equilibrar la propiedad privada de los datos que un grupo ha pagado por su valor para el público.
  • Cómo evitar la “contaminación” del espacio con satélites inoperantes o fallidos.
  • Cómo, deben gravarse estos datos, servicios y transacciones y qué autoridad fiscal debe recibir el impuesto.
  • ¿Cuál es el equilibrio entre la privacidad comercial legítima y el bien público? (ejemplifica con los buques tanque que parecen descargar lastre de petróleo en aguas bajas)
  • Cómo reglas de código duro para la “Super Inteligencia” que protege al planeta pueden adherirse a los estándares éticos.

Construyendo el futuro ahora

Esta convergencia de tecnologías y tendencias, desde la caída de los costos de las comunicaciones con base en el espacio y los datos de los sensores hasta los contratos inteligentes habilitados por la vía de Blockchain, crea una plataforma estándar, escalable y de bajo costo para los innovadores, quienes pueden construir nuevas empresas y modelos sociales.

Sin embargo, la difusión de los beneficios más allá de los actores capitalistas tradicionales y en beneficio de la sociedad en su conjunto requerirá de una estrecha atención a cuestiones complejas de carácter técnico, jurídico, de seguridad, de propiedad, de privacidad y de equidad.

Dada la rapidez con que estas tecnologías están madurando, los líderes gubernamentales y empresariales deberían empezar a abordar estas cuestiones antes de que las inevitables consecuencias inesperadas retrasen los beneficios potencialmente cambiantes de una economía compartida en el espacio.

Si esto se produce, ¿está usted listo para participar en el compartir de la economía en el espacio, para construir un digital twin democrático y plural de nuestro planeta Tierra?

Fuente: Bitcoin Magazine

Traducido para DiarioBitcoin por Robert Hazlitt

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