Por Angel Di Matteo   @shadowargel


Críticos aseguran que la participación de Goldman Sachs y el manejo centralizado de la información evitan que el nuevo mecanismo de pagos garantice la misma privacidad que ofrecen las monedas digitales, al tiempo que comprometen la seguridad de los registros por ser el blanco preferido de hackers y piratas informáticos.

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Este lunes, los directivos de Apple presentaron al público su nueva tarjeta de crédito en formato físico y digital, Apple Card, la cual exhibe una amplia gama de atributos y propiedades que hacen mucho más práctico el proceso de compra/venta para usuarios y comerciantes.

Uno de los aspectos más importantes en los que la nueva Apple Card hace especial hincapié es en el ámbito de la privacidad, ya que asegura que la información asociada con las operaciones realizadas solo queda en el teléfono del usuario, por lo que la misma no quedará almacenada en los servidores de Apple.

Sin embargo, analistas y expertos aseguran que el nuevo producto de Apple aún tiene ciertas limitaciones a la hora de llevar a cabo operaciones comerciales, y que estas solo podrían resolverse con una moneda digital cuyas características sean similares a Bitcoin.

Apple Card y la privacidad

El nuevo producto de Apple ciertamente se traduce en un gran logro en términos de privacidad, ya que lleva a otro nivel lo que tradicionalmente ofrece el sistema financiero vigente en ese aspecto.

De acuerdo con información publicada en el sitio web de Apple, la compañía no recibe ni almacena ningún tipo de dato asociado con el uso de Apple Card. El historial de transacciones y los reportes de gastos quedan almacenados directamente en el teléfono de los usuarios y la tarjeta física no cuenta con información visible más allá del nombre del propietario.

De momento no queda claro si Apple Card funcionará como Apple Pay, el cual genera un número de transacción diferente para cada operación realizada. Pero en caso de estar disponible esta función, representaría una mejora importante para reforzar la seguridad de las operaciones, evitando que compañías tecnológicas hagan seguimiento de las actividades financieras de los usuarios a razón de números estáticos.

No es completamente privada

Sin embargo no todo es tan bueno como parece. Informes indican que todos los datos de los usuarios de Apple Card pasarán por manos de Goldman Sachs, empresa financiera que se compromete a no compartir la información recibida con terceros por concepto de marketing o publicidad.

El hecho de que Goldman Sachs actúe como un tercero abre la posibilidad de que sea la entidad responsable de monitorear las transacciones realizadas por los usuarios. Algunos críticos a esta postura, como por ejemplo Matt Taibbi, aseguran que la entidad bancaria en ultima instancia no garantiza la privacidad de sus usuarios

Pero sin duda el aspecto que más preocupa a los críticos es el manejo centralizado de los datos, ya que la información recibida por Goldman Sachs quedará almacenada en sus servidores, convirtiéndose en los blancos preferidos por atacantes y hackers.

Descentralización: La verdadera privacidad

Aunque la respuesta a estas críticas sería la creación de un sistema similar en el cual operan la mayoría de las monedas digitales, el nombre y la reputación de Goldman Sachs es lo que hace que esta nueva modalidad de pagos sea aceptada por los gobiernos y organismos reguladores.

Como ejemplo de lo antes expuesto tenemos a Liberty Reserver y E-Gold, empresas que intentaron lanzar monedas digitales respaldadas con oro pero fueron cerradas por incumplir las leyes que regulan este tipo de actividades comerciales. También está el caso recientemente protagonizado por el senador Éric Woerth, quien preside el Comité de Finanzas de la Asamblea Nacional de Francia y solicitó al organismo la prohibición de criptomonedas centradas en la privacidad de las operaciones, como lo es el caso de Monero y ZCash.

Los desarrolladores de Bitcoin también tienen la intención de mejorar la privacidad que ofrece el protocolo P2P, pero a los programadores les preocupa más preservar la solidez y estabilidad de la moneda digital que someter a la misma a pruebas experimentales que comprometan su funcionamiento.

La diferencia clave entre Bitcoin y los sistemas bancarios tradicionales es que la moneda digital permite a entidades potencialmente anónimas procesar pagos, haciendo que para los gobiernos sea difícil prohibir o establecer controles sobre el uso de la criptomoneda por parte de sus usuarios.

Criptomonedas vs. la banca tradicional

En otras palabras, es imposible garantizar privacidad financiera en Internet sin el uso de un sistema como Bitcoin. También existen otras opciones alternativas, como la compra de Gift Cards con saldos en tiendas locales, pero estas suelen tener límites de gastos y resulta poco práctico utilizarlas.

Hoy día la mayoría de los sistemas conocidos de pago en línea operan porque los entes reguladores exigen un manejo centralizado que sea lo suficientemente útil para permitir las transacciones de las personas interesadas.

Pero en relación a las monedas digitales, estas parece que aún tienen un largo camino que recorrer desde lo legal para poder ganar un espacio mucho más representativo dentro de la sociedad. También está la posibilidad de que un gobierno opte por crear su propia moneda digital centralizada para reemplazar el uso del dinero en efectivo, el cual aunque no resulte del todo anónimo, podría convertirse en una de las principales amenazas en contra de Bitcoin justamente por lo práctico que resultaría a la luz de las nuevas tecnologías.

Fuente: Forbes

Versión de Angel Di Matteo / DiarioBitcoin

Imagen de web de Apple Card.

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